El párroco de Todoque: «Sus llamadas y mensajes no cesan y me debo a mi gente» - Alfa y Omega

El párroco de Todoque: «Sus llamadas y mensajes no cesan y me debo a mi gente»

El cura de Todoque se ha convertido en el símbolo de la cercanía de la Iglesia con las víctimas del volcán de La Palma. Cáritas enfoca su acción al largo plazo

Fran Otero
Alberto Hernández y el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, llegan a San Isidro. Foto: Diócesis de Tenerife

Nayra González, profesora de Religión y vecina de Todoque (La Palma), recibió el domingo dos mazazos en muy poco tiempo. El primero, a media mañana. Un amigo guardia civil la llamó para contarle que la lava del volcán había engullido su casa. Había estado allí hasta en tres ocasiones desde que fueron desalojados –la última, apenas dos días antes– para recoger sus pertenencias. «La primera vez me bloqueé y no me llevé nada», afirma. El segundo mazazo llegó con el desplome de la torre de su parroquia, la de San Pío X. Allí ha vivido su historia de fe. La bautizó el hoy obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, cuando era párroco de la zona, hizo la Primera Comunión, se confirmó y se casó. Sus hijos también recibieron allí los sacramentos. «No era solo un templo, sino un símbolo para el barrio. Nos hemos quedado huérfanos», explica en conversación con este semanario desde la casa de unos amigos, donde se han alojado hasta cinco familias.

Algunos vecinos han podido salvar unos cuantos bienes de sus hogares. Foto: Europa Press / Kike Rincón

Es la orfandad que sienten todos los vecinos del barrio de Todoque y que su párroco, Alberto Hernández, intenta paliar con «la escucha personal y la acogida, con llamar a unos y otros», según afirma en conversación con Alfa y Omega. Este joven sacerdote lleva trabajando sin descanso desde que el volcán les trastocó la vida. Vació la iglesia de San Pío X –la primera en el mundo dedicada a este Papa– el lunes pasado, poniendo a salvo al Santísimo, las reliquias y obras de arte, ha estado presente en los medios de comunicación y, sobre todo, ha respondido a las demandas y necesidades de los vecinos. «Está en contacto con nosotros. En mi caso, incluso me estuvo buscando una casa. Siempre ha estado muy unido a nosotros, y ahora más», afirma González.

Si el padre Alberto vivió con emoción el momento en el que tuvo que vaciar la parroquia, la caída de la torre lo desbordó. «Debo estar para y con los vecinos, que son ahora la prioridad. Sus llamadas y mensajes no cesan y me debo a mi gente», explica en un mensaje que replica a los periodistas que lo contactan.

El avance de la lava hizo que la torre de San Pío X, en Todoque, colapsase.

Ese fin de semana había comenzado con buenas noticias. Había vuelto el culto a la única parroquia –se encarga de cuatro– a la que se puede acceder, la de San Isidro, en La Laguna. Allí, entre el sábado y el domingo, se volvió a encontrar con sus feligreses.

Durante la semana, también se hizo presente en la isla el obispo de Tenerife, que, además, es natural de La Palma. En conversación con Alfa y Omega desde el aeropuerto explica que la sensación es de «preocupación y dolor» por las personas que han perdido sus bienes, gente que, como su padre, habían estado en Sudamérica trabajando y regresaron con unos ahorros para construir una casa o acondicionar la tierra para el cultivo. Deja dos mensajes. El primero, que «Dios no ha venido a suprimir el sufrimiento, sino a llenarlo» y que ahora «está con las personas que sufren». El segundo es una llamada a que la solidaridad se extienda al futuro, tal y como dijo durante la Eucaristía que presidió en el santuario de Nuestra Señora de las Nieves, patrona de la isla.

Con esta perspectiva trabaja Cáritas Tenerife, que ha desplazado a La Palma a un grupo de técnicos para evaluar cuáles serán las necesidades más importantes que cubrir. La vivienda y el empleo van a ser dos pilares, confirma José Luis Cámara, responsable de Comunicación. Por el momento, la campaña de recogida de fondos que puso en marcha ya suma 200.000 euros. «Es una responsabilidad. Justificaremos hasta el último céntimo», concluye Cámara.

La oración del rey

«Me dijo que estaba rezando». Esta fue la confesión que el rey Felipe VI hizo a Alberto Hernández durante la visita del primero a las familias afectadas por el volcán. El monarca quiso ver expresamente al párroco, al que reconoció que los templos son signos de esperanza en estos momentos. «Es bonito y habla de la cercanía del jefe del Estado con los vecinos», afirma el sacerdote.

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