Soy de Cuba: la alegría y el orgullo de la música cubana - Alfa y Omega

Para todos aquellos que conocen Cuba, los amantes y los desencantados, no pueden negar que se trata de un pequeño Edén en el Caribe donde la música se cuela por cualquier rendija de la casa, sale a las calles o va de la mano de una pareja que pasea por el Malecón. Si por algo se habla de Cuba es por la alegría y el color. Por esos ritmos caribeños que asaltan al viandante y que sin darte tiempo a reaccionar apenas, ya te hace mover un pie primero, otro después, hasta dejarte atrapar por el movimiento. Es fantástico.

Así es. Soy de Cuba es un espectáculo que va más allá del musical propiamente dicho. Se narra una historia, que si bien es predecible, nos traslada desde una pequeña población de Pinar del Rey (cuna de la música cubana y del tabaco) hasta La Habana, epicentro de toda «la movida» allá por los mágicos años veinte de la era pasada. Ayala, una joven bailarina, se muda a la capital para cumplir su sueño: bailar en un cabaret. Si lo consigue o no lo tendrán que averiguar ustedes. Lo que sí les aseguro es que la magia existe y los milagros nos rodean a cada paso que damos, tanto dentro como fuera de los escenarios. Ahí queda eso. Bolero, son, rumba, chachachá, mambo, reggaeton, ritmos africanos y latinos. Dos horas de energía y música en directo, con piano y ron incluidos. Más de veinticinco personas, entre músicos y bailarines, abarrotan el escenario con coreografías que quitan el hipo por bien ejecutadas y por la energía que rebota por las paredes del Teatro Reina Victoria de Madrid. Pero no se preocupen los que estén lejos de la capital, Soy de Cuba se va de gira. Después de viajar por países como Francia, Italia e Inglaterra, ahora le toca el turno a una gira esperadísima por España. La siguiente parada, Murcia.

Porque Rembert Egues, compositor cubano y director del show, apuesta por la obra bien hecha. Por combinar imágenes proyectadas con acción en directo. Por el color y la mezcla. Por recuperar la cara amable de la música cubana (si es que tiene otra que no lo sea, aunque me refiero a la conocida, la manida). Celia Cruz, Enrique Jorrín, Pérez Prado, entre otros, tienen cabida en esos acordes y pasos. Y es que si todavía no se han decidido, no duden en acercarse a ver y vivir el espectáculo. Aquellos que hayan estado en Cuba, saldrán con las ganas de regresar a la isla para bailar en una sala de trovas o en una fiesta; y los que no conozcan ese pequeño paraíso, soñarán –se lo aseguro- con esos hombres y mujeres que cuando bailan vuelan y querrán perseguirlos allá donde vayan. Para los que les gustan los musicales; para los que no. Para los que adoran el baile; para los que lo subestiman. Para los que viven en un mundo de colores; para los que se ocultan tras las sombras. Para los caprichosos, los viajeros, los antropólogos. Para usted, que se merece un premio de buen gusto. Para su espíritu, que se alimenta -entre otros- del buen hacer de las artes, de las músicas y las letras; de la vida. Cuba es más que eso, ya lo saben, pero la emoción, la frescura y la vitalidad están aseguradas detrás de cada rostro tostado; también en su interior.

Soy de Cuba

★★★★☆

Teatro:

Teatro Reina Victoria

Dirección:

Calle Carrera de San Jerónimo, 20

Metro:

Sol

OBRA FINALIZADA