Soporte de la fe de nuestro pueblo - Alfa y Omega

Soporte de la fe de nuestro pueblo

Monacatus, la XVII edición de Las Edades del Hombre, ha cerrado sus puertas con el objetivo cumplido: 200.000 personas conocen mucho más acerca de la vida monástica. Ahora, le toca el turno a la siguiente edición, que se llevará a cabo en Arévalo (Ávila)

Redacción
Agnus Dei, de Francisco de Zurbarán.

La exposición Monacatus, la decimoséptima edición de Las Edades del Hombre, que se ha desarrollado en Oña (Burgos), ha estado dedicada a la vida monástica y ha contado con la exposición de un centenar largo de piezas, muchas de ellas inéditas al no haber salido nunca de los monasterios de clausura. Para don Gonzalo Jiménez, secretario general de la Fundación Las Edades del Hombre, «el balance general de la muestra ha sido muy positivo, y todos los objetivos que nos habíamos propuesto se han cumplido satisfactoriamente». Entre ellos, el fin principal de la exposición ha sido «hacer llegar a todos los visitantes este carisma tan significativo en la vida de la Iglesia como es la vida monástica. Hoy, la realidad monacal es más clara para todas las personas que nos han visitado».

No en vano, el patrimonio religioso sobre el que se sustentan todas las ediciones de Las Edades del Hombre «no es más que el soporte de una catequesis. Nuestro objetivo prioritario es que las imágenes sagradas, que fueron y son el soporte de la fe de un pueblo, hoy cuenten la misma historia; el resto de objetivos son importantes, pero secundarios», señala don Gonzalo Jiménez. En este sentido, todas las encuestas que ha realizado la Fundación entre los visitantes confirman que «ahora conocen más sobre la vida monástica, sobre su forma de vivir, rezar y trabajar, sobre su Ora et labora, que antes de visitar la muestra», concluye don Gonzalo.

Dios, fuente de la belleza

Desde el pasado 22 de mayo hasta el pasado domingo, 4 de noviembre, los visitantes de Monacatus han podido contemplar 138 obras, entre ellas piezas de Zurbarán, Goya, José de Ribera, o El Greco, así como muchas pinturas, esculturas, libros y reliquias que nunca habían salido de los monasterios de clausura que las albergan. La exposición ha tenido como marco el monasterio de San Salvador, de Oña, cuya iglesia, junto a su panteón de reyes, infantes y condes de Castilla y de Navarra, ha aportado a Monacatus la sillería coral, las pinturas murales o el Crucificado románico.

Detalle de la Piedad, escultura anónima en madera policromada (siglo XV).

Todo el conjunto ha conformado una exposición gracias a la cual, según el arzobispo de Burgos, monseñor Gil Hellín, ha sido posible «mirar a Europa, a la sociedad moderna y a la cultura, impregnadas de Dios»; así, el patrimonio cultural de la Iglesia, así como la vida monástica «son el verdadero reconocimiento de unos valores que siguen siendo necesarios para que Europa y nuestra sociedad miren hacia lo alto, a través del arte, y descubran a Dios, fuente, meta y poseedor de la belleza», señala el arzobispo de Burgos.

La próxima edición de Las Edades del Hombre, cuyos contenidos serán presentados en público en unas semanas, se llevará a cabo en la ciudad abulense de Arévalo, a partir de mayo del año que viene.