Sed vosotros misioneros

Es en la oración personal y comunitaria donde nos encontramos con el Señor, no como una idea o una propuesta moral, sino como una Persona que quiere entrar en relación con nosotros, que quiere ser nuestro amigo y renovar nuestra vida para hacerla como la suya. Pero éste no es sólo un fenómeno personal; el Evangelio debe ser comunicado y anunciado a todos. No esperemos que otros vengan a traernos mensajes que no conducen a la verdadera vida, sino sed vosotros mismos misioneros de Cristo entre los hermanos con los que vivís, trabajáis, estudiáis o compartís el tiempo libre.

El próximo Año de la fe será una ocasión propicia para hacer crecer y consolidar la catequesis sobre las grandes verdades de la fe cristiana, de modo que todos puedan conocer y profundizar en el credo de la Iglesia, así como superar el analfabetismo religioso, que es uno de los grandes problemas de hoy.

Quiero recordar el deber de la familia y de toda la comunidad cristiana en la educación de la fe. En particular, las familias sois el ambiente de vida en el que se dan los primeros pasos en la fe. Sed comunidades en las que se pueda conocer y amar cada vez más al Señor; comunidades en las cuales se enriquezcan las vivencias necesarias para una fe verdaderamente adulta.

También quiero recordar a todos la importancia y la centralidad de la Eucaristía en la vida personal y comunitaria. La Santa Misa debe ser el centro de vuestro domingo, redescubierto y vivido como el Día del Señor y de la comunidad, el día en el que alabar y celebrar a Aquel que ha muerto y resucitado por nuestra salvación.

(4-III-2012)