San Isidro, un necesario modelo para las familias - Alfa y Omega

San Isidro, un necesario modelo para las familias

Es la hora de adoptar medidas para garantizar el futuro de una sociedad que se va a morir vieja y aislada

Alfa y Omega

Este domingo, 15 de mayo, fiesta de san Isidro Labrador, arranca el Año Santo concedido por la Santa Sede a Madrid con motivo del 400 aniversario de la canonización de su patrón. Coincide con el Día Internacional de las Familias, aprobado por la ONU en 1993, y ambas efemérides constituyen, sin lugar a dudas, una ocasión propicia para reivindicar el valor la familia en un momento de dificultad como el actual.

De acuerdo con los últimos estudios del Observatorio Demográfico del CEU, recogidos esta semana por Alfa y Omega, en España la probabilidad de que la gente se case se ha reducido a la mitad desde la Transición; la edad media del primer matrimonio ha pasado de 25,4 años en 1976 a 34,4 años, y se ha producido un desplome de la fecundidad –al pasar de casi 2,8 hijos por mujer a los escuálidos 1,2 de 2020–. Además, en 1970 vivían 3,9 personas por hogar y ahora apenas 2,5 –con un cuarto de los hogares españoles en los que solo vive una persona–, al tiempo que no para de crecer el peso de la población mayor de 80 años sobre el total. Y ya se sabe que «tener a alguien a quien esperar puede cambiar el sentido de los días», en palabras del Papa Francisco en su mensaje para la próxima Jornada Mundial de los Abuelos.

Como ya se ha subrayado en estas páginas antes, toca a las administraciones sumar esfuerzos para apoyar a las familias. Es la hora de adoptar medidas a medio y largo plazo, sin prejuicios ideológicos, para garantizar el futuro de una sociedad que, si no, se va a morir vieja y aislada. Pero también es momento de que cada uno se plantee cómo quiere vivir. Frente al individualismo y al consumismo imperantes, san Isidro, su esposa, santa María de la Cabeza, y su hijo, Illán, nos muestran la fuerza del amor mutuo y nos alientan a vivir una vida sencilla y entregada. A la hora de hacer frente a la soledad y a los problemas que esta está generando, nos muestran que la verdadera felicidad lo es si es compartida.

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