Salvador Cristau Coll: «El equilibro psicológico es muy importante para los sacerdotes» - Alfa y Omega

Salvador Cristau Coll: «El equilibro psicológico es muy importante para los sacerdotes»

Tras participar en la creación de la diócesis junto a José Ángel Saiz Meneses, su obispo auxiliar, Salvador Cristau, toma posesión este sábado como obispo titular de Tarrasa

Fran Otero
El prelado posa en la sede del Obispado de Tarrasa. Foto: Obispado de Tarrasa

¿Es su nombramiento como obispo de Tarrasa un relevo natural?
Se puede decir, aunque ser obispo auxiliar no te da ningún derecho a seguir. El Papa me ha encargado ser el obispo titular, pero podría habérselo pedido a otro. Sí es cierto que he estado en la diócesis de Tarrasa desde el primer día [se creó en 2004]. He sido vicario general, rector de la catedral y rector del seminario. Conozco toda la diócesis y la diócesis me conoce a mí. Para bien y para mal.

¿Es una ventaja?
Sobre todo, lo es para mí. Aunque hay una cierta novedad, pues no es lo mismo que ser obispo auxiliar, es también una facilidad.

Vayamos años atrás. Usted estudió Derecho antes de entrar en el seminario. ¿Por qué?
Es un misterio, porque la llamada del Señor la recibí cuando tenía 14 años. Había problemas en mi familia y yo soy hijo único y, además, se vivían momentos complicados en la Iglesia. Decidí esperar. Empecé Derecho sin ninguna intención de ejercerlo. Quería ser sacerdote. Al terminar la carrera, y una vez se estabilizó la situación en mi familia, conocí a un grupo de jóvenes en el que también estaba José Ángel Saiz Meneses [su predecesor y hoy arzobispo de Sevilla]. Varios de aquellos chicos nos fuimos al seminario de Toledo.

Este año han pasado por estas páginas varios obispos que han estado en el seminario de Toledo.
La del seminario allí fue una experiencia eclesial muy rica. En Toledo recibí la ordenación y estuve cinco años ejerciendo el ministerio sacerdotal en diversas parroquias. Luego, por la situación de mi familia, regresé a Barcelona.

Volviendo a los años de la universidad. Usted vivió allí el Mayo del 68. ¿Cómo fue esa época?
Muy convulsa y problemática. Con manifestaciones y huelgas en la universidad. Yo pensaba en el sacerdocio, ofreciendo todo al Señor e intentando dar testimonio en el grupo reducido de amigos, que sí sabían de mi vivencia interior. Lo pasé mal.

Bio

Salvador Cristau Coll nació en Barcelona el 15 de abril de 1950. Tras obtener la licenciatura en Derecho en 1972, entró en el seminario de Toledo. Fue ordenado sacerdote el 12 de octubre de 1980. Tras varios años de ministerio en la diócesis manchega volvió a Barcelona, donde fue secretario y canciller entre 2001 y 2004.

En Tarrasa ha sido vicario general, rector de la catedral y del seminario, y obispo auxiliar.

Siempre ha estado muy vinculado al seminario. Ha sido vicerrector en Barcelona y rector en Tarrasa.
Y en el último año en Toledo fui formador en el Seminario Santa Leocadia para vocaciones adultas. Han sido los obispos los que me lo han pedido.

El de Tarrasa es uno de los que tiene más vocaciones en España. ¿Cuál es el secreto?
Creo que la clave de la pastoral vocacional está en la familia, en la educación en la escuela y en el acompañamiento de los jóvenes, en llevarlos a la oración.

Llevamos unos años con el nuevo plan de formación, con una versión universal, aprobada por el Vaticano, y otra aterrizada en la situación española. ¿Cómo ha sido su aplicación?
Ambos documentos han sido muy bien acogidos en todos los seminarios y tienen una orientaciones muy válidas. Los seminarios en España están muy homogeneizados, y entre los rectores y formadores hay comunión de criterios y aplicaciones.

Se hace hincapié en la formación integral y, por tanto, además de la intelectual, se insiste en fortalecer la humana. ¿Es clave, por ejemplo, para luchar contra los abusos?
Aunque no hubiera este problema y esta herida de los abusos, que es muy grave, la formación humana siempre la tenemos presente. La madurez y el equilibro humano y psicológico es muy importante para la vida de los sacerdotes, sobre todo, en la sociedad actual.

Hace poco pudo encontrarse con Francisco durante la visita ad limina. ¿Qué les dijo?
La entrevista con el Papa fue entrañable y familiar. Lo vi muy vivo, despierto y atento. Está muy activo y tiene energía. Demos gracias a Dios y pidamos que nos lo conserve. Nos insistió en el mensaje de la cercanía, a Dios y a la gente.

Aunque la tensión se ha rebajado con respecto a años anteriores, la sociedad catalana sigue polarizada. ¿Cómo vive la Iglesia esta situación?
El papel de las diócesis con sede en Cataluña es mantenerse en el camino del Evangelio y no entrar en cuestiones disputadas. Podemos orientar, intercambiar opiniones con respeto. Ni siquiera en los momentos más críticos ha habido problemas en las parroquias. A pesar de haber distintas sensibilidades, se han respetado mucho unos a otros. Podemos ayudar a serenar los sentimientos. La Iglesia tiene que procurar aportar paz y serenidad.

¿Ha habido problemas en su diócesis con la lista de inmatriculaciones del Gobierno?
No hemos tenido problemas. Todas nuestras inmatriculaciones son correctas. Estaban bien. Incluso hemos añadido casos que en la lista no salían y que son dudosos.