Rouco y Benedicto XVI, medallas de San Dámaso - Alfa y Omega

Rouco y Benedicto XVI, medallas de San Dámaso

Con motivo de la fiesta de santo Tomás de Aquino, la universidad reconoció el papel «determinante» de ambos en su «erección canónica e impulso académico»

Begoña Aragoneses
El cardenal Osoro durante la entrega de la medalla a su antecesor. Foto: Universidad San Dámaso.

La Universidad Eclesiástica San Dámaso celebró el pasado viernes, 27 de enero, la festividad de santo Tomás de Aquino con un acto académico presidido por el cardenal Osoro, gran canciller del centro. Durante el mismo se hizo entrega de la medalla de oro de la universidad al arzobispo emérito de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, y al Papa Benedicto XVI a título póstumo.

Como afirmó el rector de la universidad, Javier Prades, así se reconoce el «papel sin duda alguna determinante que ambos han tenido en la erección canónica y el impulso académico» de la universidad. El Pontífice había aceptado la distinción algunas semanas antes de su fallecimiento con una carta en la que recordaba a toda la comunidad educativa y comunicaba al cardenal Osoro que, si las condiciones se lo permitían, le recibiría en su casa para acoger la medalla. Por su parte, el cardenal Rouco, presente en el acto, esbozó la historia del nacimiento de la universidad, hace 25 años, con un «espíritu apostólico joven» y con «una nueva formulación del mensaje evangélico lleno de alegría».

Además de las medallas de oro, se otorgaron medallas de plata a profesores y personal de administración y servicios que cumplían 25 años de «entrega fiel» a la universidad, y becas a los alumnos de la promoción 1996-1997. «No estaríamos hoy aquí sin las aportaciones de quienes reciben su distintivo», afirmó el rector, y de otros muchos que «han servido fielmente a esta casa».

En este sentido, el actual arzobispo de Madrid incidió en que «esta comunidad que es la Iglesia, de la que somos parte […] ha de vivir en la sucesión de los tiempos edificando y también alimentado la comunión en Cristo y el Espíritu».

Acto académico con el catedrático Eloy Bueno de la Fuente. Foto: Universidad San Dámaso.

Cambios antropológicos

Durante el acto, el profesor Eloy Bueno de la Fuente, catedrático de la Facultad de Teología del Norte de España (Burgos), impartió una conferencia sobre La revolución antropológica, nueva frontera de la misión. El ponente habló de la «llamada a la inculturación y al dinamismo misionero» cuyo fin es «habitar un continente que está emergiendo». Enumeró algunos de los signos de este cambio de época, como el desarrollo de la inteligencia artificial, la «absolutización» del smartphone, la preocupación «casi obsesiva» por el cambio climático, la banalización del aborto y la eutanasia, la ideología de género o la superación del esquema binario de la sexualidad. Según explicó, son «fenómenos heterogéneos» que se encuentran bajo tres prismas: una crítica al humanismo tradicional; un posdarwinismo que lleva a superar la barrera entre el hombre y la máquina, y una nueva figura antropológica que plantea cómo es la presencia del cristianismo.

La recepción de la Iglesia de todo este «tipo de problemáticas», indicó Bueno, ha sido «muy lenta, muy limitada» y, «de modo general, se centra en elementos puntuales de carácter moral o ético». «Queda tomar conciencia de ese continente nuevo», remarcó. A su juicio, al pensamiento cristiano se le exige un discernimiento. «Hay que ser cautelosos para no condenar sin más los proyectos de mejorar al ser humano y descubrir las posibilidades de las nuevas tecnologías». Y hay que ser cautelosos también «con no querer salvar ese humanismo pasado» y tampoco «olvidar el sufrimiento de las personas humilladas, marginadas» o convertidas «en monstruos». Pero ser cuidadoso con esto no quiere decir que en estas lógicas no haya elementos que contradigan la visión cristiana y, por eso, «se abre espacio al testimonio cristiano».