¿Qué factores generan matrimonios felices?
El proyecto AMAR de la Universidad de Navarra estudia qué factores generan matrimonios felices
El Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra está llevando a cabo el proyecto AMAR (Antecedents of Marital Adjustment Research), una investigación que persigue identificar las claves del éxito matrimonial gracias a un estudio realizado con parejas de novios próximas a contraer matrimonio.
Se trata de un estudio longitudinal, en el que a lo largo de varias décadas se irán introduciendo nuevas parejas. Se irá haciendo un seguimiento de su relación desde el noviazgo y durante sus primeros años de matrimonio. La duración de este estudio permitirá ofrecer más y mejores datos sobre qué es lo que verdaderamente funciona en una relación. A las parejas se les enviará periódicamente un cuestionario en el que se estudiarán variables como la capacidad de comunicación, el modo de resolver conflictos, el grado de compromiso con la otra persona, el grado de dar prioridad al nosotros sobre el yo, cómo se invierte tiempo y esfuerzo en la relación, los factores de la vida pasada y educativa, la personalidad de cada uno, si han vivido juntos antes o no…
El profesor Alfonso Osorio, responsable del proyecto, afirma que «lo que deseamos saber es qué variables ayudan a que un matrimonio siga felizmente casado. Analizaremos esta relación y veremos en qué se distinguen estos matrimonios de los demás».
La investigación busca hallar la clave de la «satisfacción conyugal», porque «seguir casados es importante, pero más lo es el seguir felizmente casados. Hay análisis concretos que nos ayudarán a descubrir los factores que ayudan simplemente a seguir casados y otros a gozar de la satisfacción conyugal. Hay maneras de medir esto, preguntas directas e indirectas, cuestionarios fiables y serios que aportan incluso los grados de satisfacción con la relación», señala el profesor Osorio.
También es voluntad
El objetivo final «es científico: encontrar cuáles son esos factores que ayudan a la estabilidad y felicidad en el matrimonio, y ver también qué perjudica a la relación, y eso poder transmitírselo a las parejas que se van a casar y a los jóvenes que quieren construir en el futuro un matrimonio feliz».
Porque para Alfonso Osorio, «hoy hay mucha confusión sobre qué significa realmente amar: muchas veces el amor se concibe como un sentimiento, estar enamorado. Pero ese sentimiento es algo pasajero, y si el matrimonio se basa en eso seguramente no va a ir más allá. El amor también es voluntad, entrega incondicional, considerar al otro por encima de mi propio bien y de mi sentimiento, no depender de si siento algo o no siento nada».
«El amor –concluye el investigador de la UNAV– es algo más que un sentimiento que viene y se va. Es algo mucho más grande, por lo que hay que luchar cada día. Siempre podemos aprender a amar mejor, y la experiencia de otros nos puede ayudar en ese aprendizaje. Es lo que queremos conseguir con este estudio».
El proyecto busca voluntarios dispuestos a participar en el estudio. Los detalles pueden encontrarse en la página web www.amarhoy.org.
El trabajo de los investigadores de la Universidad de Navarra tiene antecedentes en otros estudios similares llevados a cabo en Estados Unidos. En la Universidad de Denver, los investigadores Howard Markman, Susan Blumberg y Scott Stanley hicieron un seguimiento a 150 parejas a lo largo de 13 años, comenzando en el período anterior a la boda. Estudiaron diferentes variables como sus niveles de satisfacción, ajuste matrimonial, intensidad de sus problemas, compromiso con el otro, satisfacción sexual, violencia y abuso, y desarrollo de la familia. Les hicieron encuestas y grabaron sus conversaciones con el objetivo es predecir su fracaso o éxito matrimonial en el futuro, cuáles de ellos se divorciarán y cuáles permanecerán casados. El nivel de acierto fue muy elevado: el 90 %. Las conclusiones aparecen en el libro Salve su matrimonio.
Markman, Blumberg y Stanley señalan que «los buenos matrimonios exigen trabajo. Contrariamente a lo que se piensa, el mejor elemento para predecir el futuro de una relación no es el amor que se profesan el uno al otro, sino la forma en que dirimen los conflictos y desacuerdos. Si se desea un buen matrimonio, lo mejor es aprender a discutir correctamente». En su investigación, observaron «importantes diferencias entre la habilidad de las parejas mal avenidas y la de las parejas felices a la hora de comunicarse bien y manejar conflictos».
Otro de los trabajos en este campo es el de los investigadores Sybil Carrère y John Mordechai Gottman, de la Universidad de Washington, quienes observaron que se puede predecir el divorcio de una pareja de recién casados solo con observar los tres primeros minutos de una de sus discusiones. Así, estudiaron la forma de discutir en los primeros seis años de su vida matrimonial de 124 parejas, 17 de las cuales se divorciaron en este período. Concluyeron que las que se separaron empezaban sus discusiones con una carga de emociones negativas significativamente mayor que la que tenían las que siguieron unidas. Además, la forma de iniciar una discusión en estas parejas consistía en una crítica personal hacia el otro, más que en una queja genérica, a lo que seguía después una reacción a la defensiva del cónyuge interpelado. Conclusión: saber amar es saber discutir bien.