Poveda, el santo promotor de la educación femenina - Alfa y Omega

Poveda, el santo promotor de la educación femenina

Este viernes, 28 de julio, la Institución Teresiana celebra la fiesta de su fundador, san Pedro Poveda, en el centro Santa María (c/ San Pedro Poveda, 2), de Los Negrales, en Alpedrete, donde se veneran los restos de este mártir de la fe, asesinado en 1936. San Juan Pablo II reconoció su santidad como fundador, pedagogo y mártir el 4 de mayo de 2003

Redacción

Cuenta Mª Dolores Gómez Molleda en la web dedicada a san Pedro Poveda, que este humanista y pedagogo, tal como lo calificó la UNESCO en el centenario de su nacimiento, «fue un exponente de esa estrecha minoría cristiana preocupada por formular los principios básicos de una antropología, capaz de liberar al hombre de toda forma de enajenación y de rechazo a la trascendencia».

Nacido en Linares, Jaén, el 3 de diciembre de 1874 tuvo pronto muy clara su vocación sacerdotal. En Guadix fue testigo de las graves deficiencias que presentaba una parte de la población, especialmente la residente en el barrio marginal de las cuevas de esta localidad. Fue así como inició su periplo en lo que sería la máxima preocupación del santo: la enseñanza, poniendo en marcha las Escuelas del Sagrado Corazón.

En Asturias, durante su etapa como canónigo, creó dos academias, la de Gijón, dirigida a los varones, y la de Oviedo, a las mujeres; al año siguiente abrió otra en Linares, para subsanar los problemas educativos de España en los inicios del siglo XX. De vuelta a Jaén fue cuando conoció a María Josefa Segovia, una joven en cuyas manos puso la Academia de Magisterio fundada en la ciudad. También fue la primera en dirigir la Institución Teresiana. Poveda propició que las mujeres pudieran acceder a la cultura y, en 1914, impulsó en Madrid la primera residencia universitaria femenina española.

«Sus colaboradoras y colaboradores hablan con admiración de su figura. En sus textos encontramos una nota común: la atracción de la personalidad de san Pedro Poveda no se debía a su cultura, a su palabra, a su bondad, sino al conjunto equilibrado de cualidades que revelaban una fuerza interna “que mandaba en él”, a pesar del trabajo agobiante, la poca salud, la falta de dinero y las preocupaciones que parecían absorber todas sus energías», escribe Gómez Molleda. Esa fuerza tenía una fuente que no se agotaba. «Su infancia, y las últimas palabras que pronunció en su vida expresaron su gran verdad: “soy sacerdote de Cristo”».

Pocos días antes de su captura, durante la persecución religiosa en la guerra civil, escribió: «Nunca como ahora debemos estudiar la vida de los primeros cristianos para aprender de ellos a conducirnos en tiempo de persecución. ¡Cómo obedecían a la Iglesia, cómo confesaban a Jesucristo, cómo se preparaban para el martirio, cómo oraban por sus perseguidores, cómo perdonaban, cómo amaban, cómo bendecían al Señor, cómo alentaban a sus hermanos!». Fue ejecutado el 28 de julio, al día siguiente de su detención. San Juan Pablo II lo beatificó el 10 de octubre de 1993, y lo canonizó el 4 de mayo de 2003.

Actos para celebrar la festividad

El programa de actos en Los Negrales comenzará a las 19:00 horas con la celebración de una Eucaristía presidida por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro. En ella concelebrarán el Prior de la comunidad del Seminario Mayor Tagaste, padre Enrique Somavilla Rodríguez, de la Orden de los Agustinos, y varios sacerdotes amigos.

A las 20:00 horas se realizará una breve conmemoración por el centenario del reconocimiento y aprobación que en 1917 hicieran la diócesis de Jaén y las autoridades civiles de dicha ciudad a la Institución Teresiana, fundada por san Pedro Poveda en Covadonga (Asturias) en 1911.