«¿Por qué Dios no responde a nuestras peticiones?», se pregunta el Papa en la audiencia
«La oración «no es una varita mágica, sino un diálogo con el Señor», ha respondido Francisco, que también ha explicado que «nuestros tiempos no son los de Dios»
En las últimas audiencias generales el Papa no se está deteniendo en grandes disquisiciones teológicas sino en experiencias concretas en torno a la oración que todos podemos sentir cuando nos ponemos a rezar. La semana pasada habló de las distracciones y hoy ha reflexionado sobre la experiencia de que «a veces parece que nuestras oraciones no son escuchadas», que «lo que hemos pedido no sucede». Si además «el motivo por el que hemos rezado era noble», como el fin de una guerra o por una persona enferma, «el incumplimiento nos parece escandaloso», ha dicho Francisco.
«Si Dios es Padre, ¿por qué no nos escucha? Él, que ha asegurado que da cosas buenas a los hijos que se lo piden, ¿por qué no responde a nuestras peticiones?», se ha preguntado el Pontífice, quien ha acudido en primer lugar al Catecismo para advertir del «riesgo de no vivir una auténtica experiencia de fe, sino de transformar la relación con Dios en algo mágico». Y la oración «no es una varita mágica, sino un diálogo con el Señor».
El Santo Padre también ha ahondado en el Evangelio para responder a estas incisivas preguntas. En él «vemos que a veces la respuesta de Jesús es inmediata, sin embargo, en otros casos esta se difiere en el tiempo». Como ejemplo, el Papa se ha referido a la mujer cananea, «que suplica a Jesús por su hija», pero que «debe insistir mucho tiempo para ser escuchada». O al paralítico llevado por sus cuatro amigos: «inicialmente Jesús perdona sus pecados y tan solo en un segundo momento lo sana en el cuerpo».
Todo ello le ha servido a Francisco para explicar que en ocasiones «la solución del drama no es inmediata», pero eso no significa que Dios no nos escuche sino que su «tiempo no es el nuestro». «Cuántas veces hemos pedido un milagro y no ha pasado nada, pero, con el tiempo, las cosas se arreglaron».
La fe sostiene la oración
Durante la audiencia, el Papa se ha detenido en otra figura evangélica, la hija de Jairo, que «merece especial atención». Jairo acude a pedir ayuda a Jesús. El maestro acepta, pero por el camino la hija muere. Ante la noticia, «Jesús le dice al padre: “No temas, solamente ten fe”» y Jairo, «por un cierto tiempo, ha tenido que caminar a oscuras, con la única llama de la fe».
En este sentido, el Pontífice ha asegurado que «la fe sostiene la oración. Y de hecho, Jesús despertará a esa niña del sueño de la muerte». Así que «pedid esta gracia. Jesús ante la fe, cae vencido».
Humildad y padrenuestro
Antes de concluir, el Papa ha pedido a los fieles ser humildes en la oración: «Cuando rezamos debemos ser humildes, para que nuestras palabras sean efectivamente oraciones y no un vaniloquio que Dios rechaza». En este sentido, ha propuesto rezar con el padrenuestro, donde los fieles «piden que se cumpla no nuestro proyecto, sino la voluntad de Dios en relación con el mundo».