Nuncio apostólico en Ucrania: «La oración es nuestra principal arma»
Tras reunirse con el Papa, Visvaldas Kulbokas explica que, entre los heridos, los sacerdotes son más valorados que los médicos
El nuncio apostólico en Ucrania, Visvaldas Kulbokas, ha revelado a la prensa vaticana cómo fue la reunión que tuvo con León XIV el pasado 6 de junio. «Era un encuentro muy importante y por eso fue preparado con mucha oración». No solo la suya sino también «la de los colaboradores de la nunciatura en Kiev, la de los obispos, la de algunos funcionarios estatales de Ucrania» e incluso la de algunos de sus antiguos fieles en Lituania, de donde es originario. «Ante todo era un encuentro espiritual», ha subrayado.
Según Kulbokas, su encuentro con León XIV fue «bastante largo, dedicado principalmente a cuestiones que nos conciernen como Iglesia en un tiempo de guerra». Ha dado las gracias al Papa por «este momento de oración que compartiré con todos cuando regrese a Ucrania». Asimismo, ha reivindicado que «la oración es nuestra principal arma». Y pese a lo controvertido de usar tal nomenclatura, se reafirma en que «yo la llamo así y el Santo Padre también la llama el arma más poderosa de todas».
La audiencia del pasado viernes abordó los ataques del ejército ruso ocurridos en la misma madrugada de aquel día. Según el nuncio apostólico, «hay cierta diferencia entre regiones». Por ejemplo, «en Jersón el edificio de la administración regional fue destruido» y lleva en ese estado tres años porque «quizá no haya ni diez minutos de silencio por lo frecuentes que son los bombardeos».
Ni siquiera en Kiev —una ciudad mucho menos hostigada que las fronterizas Odesa o Járkov— hay paz, pues «es difícil encontrar una o dos noches al mes en las que no haya al menos ataques de drones». Apoyándose en su propia experiencia, el lituano ha narrado que «los empleados de la Nunciatura que viven en los pisos superiores llegan tarde a la oficina y a menudo me dicen que no pueden ser muy eficaces en su trabajo porque no tienen fuerzas físicas para trabajar».
De acuerdo con el nuncio apostólico, en el frente «los soldados que están a punto de morir sólo piden una cosa: el perdón de los pecados». Sin hacer menoscabo de los profesionales sanitarios, ha explicado que «ahí ya no ayudan ni el médico ni el cirujano, solo el capellán militar o quien esté delegado para rezar por ellos». Y, por encima de los psicólogos, los sacerdotes «son acogidos mucho más positivamente por los heridos».
En cuanto al reto de mantener viva la compasión sin perder la alegría, Kulbokas ha sostenido que «la única esperanza que tenemos es la esperanza en el Señor, que inspira acciones, dedicación, sacrificio, perseverancia y coraje». Ha puesto un ejemplo concretísimo: «Cuando no tenemos suficiente dinero para pagar la convalecencia de nuestros camaradas, ponemos de nuestro propio salario».
El nuncio apostólico ha concluido su entrevista con la prensa vaticana recordando que el contacto del Papa con los líderes de Ucrania y Rusia «subraya aún más el papel del Papa, no sólo para la Iglesia, sino también para la humanidad». Y ha pedido a los católicos de todo el mundo «rezar al Espíritu Santo en estos días por la Iglesia y el Santo Padre, para que la fuerza de la Iglesia y de Jesucristo dé sus frutos».