Nuevo Primado para la Comunión Anglicana - Alfa y Omega

Nuevo Primado para la Comunión Anglicana

Tiene 56 años, es hijo de la secretaria personal de Wiston Churchill, y fue directivo de las petroleras Elf Aquitaine y Enterprise Oil PLC. Justin Welby es el nuevo arzobispo de Canterbury y Primado de la Comunión Anglicana

Jesús Colina. Roma

Casado y con seis hijos, perdió en 1983, en un accidente de tráfico, a su hija Johanna, cuando ésta tenía tan sólo siete meses. Welby explicaría más tarde: «Fue un período muy oscuro para mi mujer, Caroline, y para mí mismo, pero de una manera inesperada nos acercó a Dios».

En 1987, siendo miembro de la parroquia evangélica anglicana Holy Trinity, en Brompton (Londres), donde ha comenzado el Curso Alpha, un método de evangelización que está dando resultados extraordinarios en todo el mundo, decidió abandonar su prometedora carrera profesional para estudiar Teología y convertirse en pastor anglicano. Fue ordenado en 1992. Ahora su elección ha causado sorpresa, pues fue consagrado obispo de Durham hace sólo un año. En sus estudios teológicos y su actividad pastoral, ha dedicado tiempo, estudios y escritos a la relación entre la ética y las finanzas, así como al management en la Iglesia anglicana. Ha participado este año en la Comisión del Parlamento británico sobre los estándares que deben respetar los bancos. El verano pasado, alcanzó fama nacional cuando se dirigió al Presidente del gran grupo bancario Barclays, David Walker, para preguntarle: «Pero vosotros, los banqueros, ¿por qué tenéis tanta avidez? ¿Por que os enriquecéis especulando con el dinero de los demás?».

El arzobispo número 105 de Canterbury es considerado como cercano a las enseñanzas tradicionales del anglicanismo. Se considera que puede ser un buen interlocutor en el camino ecuménico con Roma. En la primera rueda de prensa que concedió tras su nombramiento, reveló que su director espiritual es un benedictino católico. Asimismo, reconoció que la doctrina social de la Iglesia católica ha sido de gran riqueza para su vida y ministerio. Además, se ha manifestado contra el proyecto gubernamental de reconocimiento jurídico del mal llamado matrimonio homosexual, así como contra la consagración episcopal de homosexuales. Pero sí ha anunciado su apoyo a la ordenación episcopal de mujeres.

El nombramiento del arzobispo Welby tiene lugar en un momento histórico en las relaciones ecuménicas. El 4 de noviembre de 2009, Benedicto XVI publicaba la Constitución apostólica Anglicanorum coetibus, que por primera vez en la Historia ofrece una respuesta positiva a las comunidades anglicanas (no sólo a los individuos, como hasta ahora) del mundo que han pedido el regreso a la Iglesia católica. Para respetar las costumbres devocionales de la liturgia anglicana, el Papa ha previsto que puedan constituirse Ordinariatos personales, es decir, diócesis sin territorio para atender a las necesidades espirituales de estos fieles. Esta medida causó un cierto disgusto en el anglicanismo, aunque también ha sido el mayor reconocimiento que podía conceder la Iglesia católica a la sana tradición y la teología anglicana, hasta el punto de asegurar su continuidad en el seno de comunidades católicas.

Como líder anglicano, referencia de unos 77 millones de anglicanos en todo el mundo, Welby afrontará dos grandes desafíos: la secularización de Gran Bretaña y de los países evangelizados por ella, y la unidad en el seno de la Comunión Anglicana. En el Reino Unido, hoy el número de los anglicanos practicantes es inferior al millón de fieles, y ya son más los católicos practicantes, a pesar de que estos últimos son una pequeña minoría en números absolutos. Este continuo proceso de distanciamiento de la Iglesia anglicana ha tenido lugar a pesar de que en la Iglesia anglicana se han adoptado reivindicaciones para adaptar a la Iglesia a la mentalidad moderna: sacerdotes casados, aceptación del divorcio, acceso al sacerdocio y al episcopado para las mujeres, reconocimiento de parejas homosexuales e incluso de obispos homosexuales, etc. Precisamente estas posiciones han llevado a una gran división en el seno de la Comunión Anglicana, uno de los motivos que han provocado la renuncia del actual arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, quien, desde 2003, ha tratado de mantener unida la barca del anglicanismo entre los representantes episcopalianos estadounidenses, sumamente liberales, y las comunidades anglicanas tradicionales en los países africanos.