Néstor Sirotenko: «No creo que el patriarca Cirilo pueda actuar de otra manera»

Usted es ruso y el arzobispo de Madrid y Lisboa de la Iglesia ortodoxa rusa. La mayoría de sus fieles son ucranianos. ¿Cómo están viviendo la guerra?
Es una tragedia y así lo vivimos. Estamos hablando de personas que conocemos. No somos espectadores. Cuando visito a los fieles en las distintas comunidades no sabría distinguir quién es ruso o ucraniano. Yo mismo soy un ejemplo. Mi abuelo paterno es un ucraniano típico que fue a trabajar al norte de Rusia. Cuando se jubiló se compró una casa Mikolaiv [sur de Ucrania, cerca del mar Negro] y está enterrado cerca. Yo mismo he ido allí.

¿Hay tensiones en las comunidades?
No hay tensiones. Puede ser algo sorprendente, pero dentro de las comunidades no las hay. Fuera puede que sí. Lo que sí hay es un sufrimiento grande y constante.

Hace dos semanas publicaron un comunicado conjunto con la Conferencia Episcopal pidiendo el fin de la guerra. ¿Cómo se gestó?
Tenemos muy buena relación con la Conferencia Episcopal y, en concreto, con el arzobispo de Granada, Javier Martínez. Es la segunda declaración que hicimos, la primera fue con todos los obispos ortodoxos de España y Portugal. Para nosotros es importante que haya una coincidencia en las posiciones. Ahí transmitimos nuestra consternación e indignación, la necesidad de parar la guerra, de elevar oraciones y de tener un comportamiento humano y humanitario con los que sufren.

En la declaración utilizan expresiones como «invasión», «guerra» o «barbarie», que en Rusia pueden ser un problema. ¿Son conscientes?
A mí el poder político en Rusia me es indiferente. Vivo en España. Y la Iglesia ortodoxa es parte del espacio social de aquí y vive según las leyes de aquí. No somos diferentes al resto de la sociedad. Desde que empezó la guerra, no hemos recibido ningún comentario o consigna por parte del Patriarcado o de la embajada rusa. Somos independientes.

¿Hay división entre los ortodoxos?
Hay que decir que en Ucrania la división ya existía antes. Es una cuestión importante para el futuro de la Iglesia ortodoxa en Ucrania.

Se ha criticado al patriarca de Moscú, Cirilo, por no posicionarse con más firmeza contra la guerra. ¿Qué opina?
No creo que el patriarca Cirilo pueda actuar de otra manera. Él no toma parte en las decisiones, los acontecimientos no dependen de él. La Iglesia ortodoxa rusa siempre ha respetado la integridad del territorio ucraniano. De hecho, cuando Rusia se anexionó Crimea, este lugar siguió perteneciendo a la Iglesia ortodoxa ucraniana.

¿Qué están haciendo para atender a los refugiados?
Es una lista larga. Muchos fieles están organizando la salida de los refugiados de Ucrania y otros los reciben aquí. En las parroquias recogemos materiales, medicamentos, ofrecemos clases gratuitas de español o ayudamos económicamente a costear los viajes. También ofrecemos atención espiritual. Estamos observando familias nuevas en todas las parroquias.

¿Cómo ve el futuro?
La coexistencia entre Rusia y Ucrania va requerir un cambio muy grande por ambas partes. Es la forma de que haya futuro, porque el presente se puede definir como exterminio mutuo.