Shock por las «incomprensibles» palabras de Cirilo sobre la guerra y «desfiles gays»

Shock por las «incomprensibles» palabras de Cirilo sobre la guerra y «desfiles gays»

Los ortodoxos ucranianos comparten la preocupación de Cirilo por cuestiones morales y sexuales, pero «parece raro» que hable de eso «cuando los misiles caen sobre Járkov y Kiev»

Redacción
Foto de archivo de Cirilo
Foto: EFE/EPA/Tatyana Zenkovich

Diversos representantes de la Ortodoxia y de otras confesiones cristianas han criticado duramente las últimas palabras del patriarca ortodoxo ruso, Cirilo, justificando la invasión de Ucrania. En la homilía del domingo, previa en la Iglesia ortodoxa al inicio de la Cuaresma, subrayó que «hemos entrado en una lucha que no tiene significado físico, sino metafísico». Es decir, insinuó que se trata de una lucha entre el bien y el mal en la que Rusia representa el bien.

Cirilo se refirió durante casi toda la intervención únicamente al conflicto del Dombás. Así, denunció que Ucrania había llevado a cabo un «exterminio» de quienes permanecían leales a Rusia. Justificó además que los separatistas estaban sufriendo por su «rechazo fundamental a los llamados valores que ofrecen hoy los que reivindican el poder mundial».

Estos poderes están llevando a cabo «un examen de lealtad a este Gobierno, una especie de prueba de ingreso a ese mundo feliz, el mundo del consumo excesivo, el mundo de la libertad visible. ¿Sabéis cuál es esta prueba? Es muy sencillo y al mismo tiempo terrible: un desfile gay».

«Una herramienta de propaganda»

Para el arzobispo Daniel, de la Iglesia ortodoxa ucraniana en Estados Unidos, las palabras del patriarca Cirilo son «incomprensibles». En declaraciones a la agencia AP, apunta que «independientemente de nuestras creencias y de nuestra postura en cuestiones sociales y morales, no se pueden usar como una herramienta de propaganda para justificar la invasión rusa y la matanza de inocentes».

En el mismo sentido se ha pronunciado John Burgess, profesor del seminario de la Iglesia presbiteriana en Pittsburgh. Muchos ortodoxos, también en Ucrania, compartan la preocupación de Cirilo sobre la deriva de la ética sexual en el mundo. Y, sin embargo, la homilía del patriarca no refleja en absoluto que «los ucranianos y los ortodoxos ucranianos están siendo atacados, sufriendo y temen por el futuro de su nación». «Si los misiles caen sobre Járkov y Kiev y el patriarca empieza a hablar de desfiles gays, parece raro».

Muchos ortodoxos ucranianos están en shock porque el patriarca «condenó el mal en los términos más amplios, pero no dijo nada sobre la guerra, y mucho menos sobre que la empezó Rusia», explica Catherine Wanner, profesora de Historia, Antropología y Estudios Religiosos de la Universidad Estatal de Pensilvania.

Un cambio de marea

En este momento, en medio de la violencia y el miedo, «no creo que nadie se preocupe por las jurisdicciones» eclesiales, prosigue, apuntando a las peticiones de algunos miembros de la Iglesia ortodoxa ucraniana vinculada a Moscú para independizarse. «Pero va a suponer un cambio de marea».

Burgess explica que la decisión de algunos sacerdotes y diócesis de la Iglesia ortodoxa ucraniana fiel a Moscú de dejar de rezar públicamente por Cirilo no es algo totalmente nuevo. Ya durante la persecución soviética algunos sacerdotes ortodoxos se negaron a mencionar al patriarca por considerar que era demasiado conciliador con el régimen comunista. Advierte, además, de que quienes siguen esta decisión «están poniendo en juego su futuro» si Rusia gana la guerra.

Cyril Hovorun, profesor de Eclesiología, Relaciones Internacionales y Ecumenismo en la Universidad de Estocolmo, ha subrayado que las palabras de Cirilo muestran que está en «una jaula dorada». El patriarca, añade, ayudó a «proveer la ideología» que Putin ha usado para justificar la hegemonía rusa en la región, a cambio de un fuerte apoyo del Gobierno.

«Incluso si Cirilo entiende lo que está pasando en Ucrania con la Guerra, incluso si quiere alzar la voz y llamar a las cosas por su nombre, no puede», asegura Hovorun. «Es una figura totalmente no libre que necesita seguir fielmente la narrativa oficial».