Muere a los 103 años la última superviviente de La Rosa Blanca - Alfa y Omega

Muere a los 103 años la última superviviente de La Rosa Blanca

Traute Lafrenz se unió al grupo a través de su amigo Hans Scholl. Los aliados la liberaron tres días antes de su segundo juicio

María Martínez López
Traute Lafrenz recibió la Orden del Mérito al cumplir 100 años, de manos de la cónsul general de Alemania en Estados Unidos, Heike Fuller. Foto: Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania / Amelia E. Weaver.

El 18 de febrero de 1943, Traute Lafrenz y Willi Graf se encontraron con los hermanos Hans y Sophie Scholl cuando salían de una conferencia impartida por el profesor Kurt Huber en la Universidad de Múnich. Fue la última vez que este grupo de miembros de La Rosa Blanca se vieron. Hans y Sophie llevaban con ellos una maleta llena de copias de su sexto panfleto contra el régimen nazi, escrito por Huber. Su plan era lanzarlas en el recibidor del edificio. Mientras trataban de huir, un conserje los atrapó y los entregó a la Gestapo.

Los hermanos Scholl fueron condenados a muerte y ejecutados cuatro días después, junto con su compañero Christoph Probst. En julio fueron ejecutados Huber y Alexander Schmorell, otro miembro del grupo, y en octubre Graf. Hans Konrad Leipelt fue ejecutado el 29 de enero de 1945. Otra docena de compañeros fueron juzgados y condenados o absueltos en distintos momentos.

Entre ellos estaba Traute Lafrenz, que fue absuelta en el tercer juicio contra La Rosa Blanca pero detenida de nuevo nada más salir de prisión. Pasó el último año de la guerra en la cárcel, esperando un juicio programado para abril de 1945. Tres días antes, los aliados liberaron la ciudad donde estaba prisionera, librándola de una casi segura condena a muerte. El pasado 6 de marzo, murió con 103 en Charleston (Carolina del Sur), donde se había trasladado en 1947, según ha informado la White Rose Foundation.

Papel, sobres y tertulias literarias

Tal como relata Avvenire, Lafrenz nació en Hamburgo en 1919. De adolescente, se concienció contra el nazismo gracias a una profesora que tuvo en los años 1930. Enra Stahl —relataba— «nos transmitió su intuición a través de una práctica pedagógica que pretendía inspirar el pensamiento independiente. Me despertó, antes era una soñadora». Cuando los nazis la despidieron, Stahl empezó a organizar lecciones informales de arte y literatura en su casa.

En 1941, la joven se trasladó a Múnich para estudiar Medicina. En la universidad se hizo amiga de Hans Scholl. Cuando en junio de 1942 La Rosa Blanca empezó a divulgar sus panfletos contra el totalitarismo nazi y el asesinato masivo de judíos, Lafrenz se dio cuenta de que Hans Scholl era uno de los autores «por los términos utilizados, el argumento y las formulaciones».

Traute Lafrenz en torno a 1943.

Habló con él, y en otoño entró a formar parte del grupo. Dentro del engranaje de esta pequeña organización clandestina, llevó copias de los folletos a Hamburgo. También fue la encargada, junto con Sophie Scholl, de comprar papel y sobres. Incluso intentó conseguir una máquina duplicadora. Ademas, contribuyó a organizar las «noches literarias» de La Rosa Blanca, inspirándose en los encuentros en casa de su antigua profesora. Tras la ejecución de los Scholl, Lafrenz asistió a su funeral, desafiando al régimen nazi, que había prohibido que acudieran personas ajenas al funeral.

Tras ser liberada, en 1947 emigró a los Estados Unidos, donde continuó sus estudios de Medicina. Se casó con el médico Vernon Page, con quien tuvo cuatro hijos. Luego se convirtió en directora de una escuela para niños desfavorecidos y abrazó el movimiento espiritualista de la antroposofía. En 2019, Alemania otorgó a Lafrenz su más alto honor civil, la Orden del Mérito. Elogiándola como una «heroína de la libertad y la humanidad», el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, dijo que fue una de las pocas que «frente a los crímenes de los nazis tuvo el coraje de escuchar la voz de su conciencia y rebelarse contra la dictadura y el genocidio de los judíos».