Monseñor Renzo Fratini, en la Misa del Día del Papa: «Francisco está guiando la Iglesia con su testimonio de fe»
Este domingo, 25 de junio, la catedral de Santa María la Real de la Almudena acogió la Misa del Día del Papa, presidida por el nuncio de Su Santidad en España, Renzo Fratini. Acompañado por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, el cardenal arzobispo de Mérida (Venezuela), Baltazar Porras, así como otros obispos y sacerdotes concelebrantes, el nuncio rememoró la proximidad de la fiesta de san Pedro y san Pablo para recordar a los cristianos el «deber de orar por el Papa». De esta manera, comenzó agradeciendo «muy vivamente» la presencia de todos aquellos que abarrotaron la catedral, detalle que «manifiesta la veneración que dedican al Papa Francisco».
Las lecturas litúrgicas proclamadas, dijo el prelado, «nos invitan a una reflexión sobre la manera de comportarse del cristiano ante la dificultad por el Evangelio». El Señor «nos exhorta a no tener miedo, a confiar y a ser valientes en nuestra confesión de fe». Para ello, señaló, «pone a nuestra consideración la acción de la Divina Providencia, que desafía el miedo a perder la vida e invita a la confianza».
Y en esa invitación a ser valientes, el nuncio destacó que, a lo largo de la vida, «estamos abocados a elegir de forma fiel y coherente, con el profundo conocimiento de que Dios es providente y cuida de nosotros». Porque «nada ocurre sin que Él lo disponga» y «Él se ocupa de toda la creación, incluidas las criaturas más pequeñas: ni un gorrión cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre»; por eso, «vosotros no tengáis miedo, valéis mas que muchos gorriones», aseveró.
El cuidado amoroso de Dios por nosotros
El creer de Dios, explicó, «ilumina el corazón de cada hombre» y «da sentido a su existencia». Él «nos da la fuerza, valentía y confianza para seguir adelante y para caminar». Asimismo, animó a tener el valor de ser coherentes «con lo que prometimos en el Bautismo y en la Confirmación», siendo testigos de nuestra fe «en el mundo y en la sociedad».
Por ello, monseñor Fratini alentó a todo cristiano a revestirse de valor, a fiarse de la Providencia «porque cuando falta la fe en el cuidado amoroso de Dios por nosotros, una fuerza –que no es de Dios– exalta nuestra soberbia, nuestro amor propio y moldea pautas de conductas siguiendo un capricho de felicidad ilusoria».
Ensalzando la inmensa labor del Papa, destacó que Francisco «está guiando la Iglesia con su testimonio de fe» y «nos invita a la valentía que disipa todo temor». Y lo hace «cuando presenta en su enseñanza la confianza en Dios Padre, el amor incondicional de su hijo Jesucristo», que «manifiesta el rostro misericordioso del Padre que perdona». De esta manera, animó a los feligreses madrileños a ser «cristianos involucrados en la misión de la Iglesia en el mundo» y no «turistas espectadores». Reproduciendo las palabras del Santo Padre, recordó que «la esperanza, quizá, sea la virtud que menos se entiende, pero es la más fuerte: «Vivir en esperanza, vivir de esperanza y siempre mirando adelante con valentía»». Aferrado a esa promesa, el nuncio reveló que alguno podrá decir que hay momentos duros, donde todo parece oscuro… «¿Qué debes hacer en esos momentos? Agarrarte a la cuerda y amarte», concluyó.