La Iglesia prevé un aumento de las llegadas de migrantes: «La acogida se hace apremiante»
La directora de la Subcomisión de Migraciones y Movilidad Humana de la CEE recalca la necesidad de implicar a toda la comunidad cristiana y sensibilizarla para combatir «el racismo y la xenofobia»
La Iglesia en España ve con preocupación la realidad de los migrantes en estos tiempos de pandemia. De hecho, este ha sido el tema abordado en el Foro sobre Movilidad Humana y su Dimensión Religiosa organizado por la Conferencia Episcopal y el Instituto Universitario de Estudios para las Migraciones de la Universidad Pontifica Comillas.
En él, la directora de la Subcomisión de Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española (CEE), María Francisca Sánchez, señaló que «la acogida se hace apremiante» ante la previsión de un «incremento de las llegadas de migrantes». «Los mecanismos de acogida y hospitalidad deben estar abiertos», insistió.
Además, Sánchez puso el foco en el acompañamiento de los más necesitados, teniendo en cuenta que la COVID-19 «ha dejado a muchas familias migrantes en una situación de mayor vulnerabilidad». «Se están disparando las brechas. Tenemos que hacer un trabajo en red, coordinado, de emergencia y de acompañamiento en otros niveles como el legal, el laboral, el espiritual…», explicó.
Puso el ejemplo concreto de la trata y de cómo se está trabajando para ofrecer herramientas a los distintos agentes eclesiales para que sepan detectar posibles víctimas. En su opinión, la crisis socioeconómica pone en un situación de riesgo a mucha gente, que podría ser «un blanco fácil» para las redes. «Tenemos el miedo y la previsión de que aumente la trata interna», añadió.
Sensibilizar a las comunidades cristianas
Su reflexión también la dirigió hacia los fieles. Así, recalcó la importancia de la sensibilización de estos para estén dispuestos a acoger e integrar y a combatir los brotes de racismo o xenofobia que, según dijo, en ocasiones también están «muy cercanos a nuestras comunidades cristianas». En este sentido, subrayó que la opción por la acogida no debe ser una cuestión exclusiva de las delegaciones de Migraciones, sino transversal.
Finalmente, puso de manifiesto la necesidad de seguir insistiendo en la incidencia política y social: «Debemos exigir responsabilidades a quien debe garantizar los derechos para que las leyes se cumplan, y promover cambios legislativos».
Participación vaticana
En el encuentro también participó Fabio Baggio, subsecretario de la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que insistió en que el problema de las migraciones debe interesar a toda la Iglesia: «Las acciones tienen que comenzar por la educación, los colegios católicos, la catequesis, los grupos… Me encantaría ver una dinámica que comienza desde el centro y llega hasta la última parroquia», añadió.
Bajo su punto de vista, la COVID-19 ha puesto de manifiesto «las fallas del sistema», una realidad que tiene que ser una oportunidad para «comenzar algo nuevo». «Los migrantes y refugiados son la muestra de un sistema que falla con los más vulnerables», concluyó.