¿Avala o no el Constitucional las devoluciones en caliente? - Alfa y Omega

¿Avala o no el Constitucional las devoluciones en caliente?

Según Josep Buades, coordinador de Frontera Sur en el SJM, el TC no dice «sin más» que el rechazo en frontera sea constitucional, sino que establece unos criterios

Fran Otero
Foto: AFP / Antonio Sempere

El pasado jueves, el Tribunal Constitucional hizo público su aval a la ley de protección de la seguridad ciudadana, dentro de la cual se incluye el rechazo en frontera o devoluciones sumarias, también conocidas como devoluciones en caliente.

A falta de conocer el contenido íntegro de la sentencia, que será pública en las próximas semanas, el TC considera en una nota que las devoluciones son constitucionales siempre que se cumplan los siguientes puntos: la aplicación a las entradas individualizadas, el pleno control judicial y el cumplimiento de las obligaciones internacionales.

Sobre este último punto, la nota del Constitucional explica que el rechazo «ha de llevarse a cabo con las garantías que a las personas extranjeras reconocen las normas, acuerdos y tratados internacionales ratificados por España, debiendo ser reales y efectivos lo procedimientos de entrada legal en el territorio español».

Y añade que «los cuerpos y fuerzas de seguridad deberán prestar especial atención a las categorías de personas especialmente vulnerables: los menores de edad, las embarazadas o las personas de edad avanzada».

Establece criterios

Con esta información, el jesuita Josep Buades, coordinador del equipo de Frontera Sur del Servicio Jesuita a Migrantes, explica a Alfa y Omega que lo que afirma el TC es que el rechazo en frontera «es, en principio, constitucional» si se cumplen en la práctica los criterios que ha dado. «Establece unos criterios –insiste–; no está diciendo, sin más, que las devoluciones sumarias son constitucionales. Dicho de otro modo, cualquier práctica de la devolución sumaria que se salga de estos criterios es inconstitucional».

En segundo lugar, Buades prefiere guardar silencio y no valorar los criterios establecidos hasta que no publique la sentencia. En su opinión, en la nota publicada no queda muy claro a qué se refiere cuando habla de «entradas individualizadas» o de si realmente el rechazo en frontera «va a poder ser controlado judicialmente o se quedará en papel mojado».

En cualquier caso, en tercer lugar, cree será necesario un desarrollo reglamentario –dentro de la ley de extranjería o a través de un real decreto– que luego se concrete en un protocolo, para que esta jurisprudencia se pueda aplicar correctamente. «En caso contrario, seguirían practicándose con un grado de arbitrariedad total», apunta el también director de la Asociación Claver-SJM.

«Nadie me preguntó por mi identidad»

Mientras tanto, la Red Migrantes con Derechos sigue adelante con su campaña contra las devoluciones en caliente. Lo está haciendo fundamentalmente con los testimonios de migrantes que lo han sufrido en sus propias carnes. Es el caso de Pelou Moammar Abdel, de Camerún. Él mismo cuenta su experiencia:

«Me llamo Pelou Moammar Abdel y nací en Camerún. Entré en Marruecos el 15 de diciembre de 2016 e intenté cruzar la valla en varias ocasiones. El 29 de agosto de 2019 fui uno de los ocho jóvenes que estuvo encaramado a la valla fronteriza de Ceuta hasta que la Guardia Civil nos hizo bajar con grúas y nos devolvió sumariamente. A mí nadie me preguntó por mi identidad, ni me prestaron asistencia letrada aun cuando tenía varios indicios para pedir protección internacional por lo que conté sobre la muerte de mi padre y de mis hermanos, así como otros miembros de mi familia por los enfrentamientos de grupos armados.

Dejé mi país por la violencia. Tenía una buena estabilidad económica hasta que llegaron los ataques y parte de mi familia murió. Actualmente mi madre es solicitante de asilo de la República del Congo.

Tengo heridas en la espalda por las concertinas. He visto muchos migrantes caer al foso cuando intentan saltar. Cuando estuve sobre la valla, la Guardia Civil empleó todo tipo de agresiones para bajarme (y a los otros ocho), ahora tengo una fractura de rodilla y alergia en los ojos ocasionada por el gas. Nunca te preguntan la edad, ni nombres, ni piden identificación, solo nos golpean, nos trasladan en ambulancia a la comisaria de la policía marroquí y de ahí directo al sur de Marruecos, a la ciudad de Tizti.

Mi viaje se inició en Camerún, pasé por Nigeria, Níger, Mali, Argelia y finalmente Marruecos. Soy testigo de que la ruta por tierra es muy peligrosa».