Mensaje del Papa a los líderes religiosos: «La guerra ha de ser rechazada sin condiciones»
Francisco clausura en Kazajistán el Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales
El Papa Francisco ha advertido este jueves del nefasto «efecto dominó» que pueden desencadenar las guerras y pidió a los líderes mundiales que se comprometan «en favor de la paz y no de las armas», en su último discurso en Kazajistán para la clausura del VI Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, informa EFE.
El Pontífice ha leído su discurso tras la aprobación de la declaración final de este congreso firmada por él y por la mayoría de los 80 representantes de las delegaciones presentes, procedentes de 50 países. Pero no se ha informado de quienes no firmaron.
En su intervención, Francisco se ha referido de nuevo a la «locura insensata de la guerra», aunque sin citar el conflicto en Ucrania provocado por la invasión rusa, y ha recordado que el congreso de Nursultán surgió tras los ataques del 11S en Estados Unidos en 2001, «ante el clima incendiario que la violencia terrorista quería provocar y que amenazaba con hacer de las religiones un factor de conflicto».
Y ha hecho notar que «el terrorismo de matriz pseudorreligiosa, el extremismo, el radicalismo, el nacionalismo alimentado de sacralidad, fomentan todavía hoy temores y preocupaciones en relación a la religión».
En este sentido, ha explicado que en el documento final «se afirma que el extremismo, el radicalismo, el terrorismo y cualquier otra incitación al odio, a la hostilidad, a la violencia y a la guerra […] no tienen relación alguna con el auténtico espíritu religioso y han de ser rechazados con la más resuelta determinación y han de ser condenados, sin condiciones y sin peros».
Entre las delegaciones se encontraba la que representa a la Iglesia ortodoxa rusa cuyo patriarca, Cirilo, que finalmente decidió no asistir al congreso, ha apoyado y justificado en varias ocasiones la invasión de Ucrania.
Además, ha insistido en que «la paz es urgente» porque «cualquier conflicto militar o foco de tensión y de enfrentamiento hoy no puede más que tener un nefasto efecto dominó y compromete seriamente el sistema de relaciones internacionales».
En primera línea de paz
Según Francisco, la paz «no es la mera ausencia de la guerra, ni se reduce al solo equilibrio de las fuerzas adversarias, ni surge de una hegemonía despótica, sino que con toda exactitud y propiedad se llama obra de la justicia». Y por ello son los líderes religiosos los que deben estar en «primera línea para irradiar una convivencia pacífica».
«La declaración exhorta a los líderes mundiales a detener los conflictos y el derramamiento de sangre en todo lugar, y a abandonar retóricas agresivas y destructivas. Les rogamos, en nombre de Dios y por el bien de la humanidad: ¡comprométanse en favor de la paz, no en favor de las armas! Solo sirviendo a la paz, el nombre de ustedes será grande en la historia», ha concluido.