Matías desafía a las maras para ir a confesar en Honduras

Matías desafía a las maras para ir a confesar en Honduras

En el Día de Hispanoamérica la Iglesia recuerda que dos de cada tres misioneros españoles están en este continente. El año pasado se recaudaron casi 60.000 euros para ellos

Redacción
Policías militares en Tegucigalpa (Honduras) vigilan a presuntos pandilleros de la MS-13
Policías militares en Tegucigalpa (Honduras) vigilan a presuntos pandilleros de la MS-13. Foto: CNS.

uando Matías Gómez, misionero español en San Pedro Sula (Honduras) va a confesar a ciertas zonas, «tienes que encender las luces del coche» y bajar las ventanillas. Lo primero «es una señal de que la persona que camina es del lugar». Y, con lo segundo, permite que los muchachos que vigilan las calles puedan reconocerte». Se trata de áreas extremadamente peligrosas. «Cuando uno pasa por estos lugares, sabe que se está exponiendo», reconoce a Obras Misionales Pontificias.

Pero el problema es generalizado: «La violencia está por todos lados, es raro el día en el que las noticias no dicen que han asesinado a una familia, a alguien que iba por la calle…», señala el sacerdote de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA). Tras 18 en el país centroamericano, explica que en la raíz de la violencia está la pobreza extrema, la droga, la desestructuración familiar, la extorsión… Es un caldo de cultivo para las maras y las caravanas de emigrantes. «Lo peor es que todo queda en la impunidad».

En este contexto, Gómez se la juega siguiendo el lema del Día de Hispanoamérica de este año, Arriesgan su vida por el Evangelio. La Buena Noticia «aporta esperanza, es la alternativa a todo esto», afirma. Trabaja en todos los poblados, con bastante precariedad dada la falta de sacerdotes.

Antídoto contra las maras

Además de la labor pastoral, la diócesis gestiona el Hogar San Rafael, creado por un misionero alemán para acoger a niños abandonados, carne de cañón para las maras. «Muchos niños viven de pequeños en abandono, tienen que buscar la vida como pueden. Las maras les ofrecen lo que en su casa no les han dado, incluso cariño, y la posibilidad de estudiar». Eso sí, «todo esto se lo van cobrando poco a poco después». Por suerte, gracias al Hogar hay niños que se están librando. Pequeños que llegaron allí sin nada, «hoy son hombres de bien que están haciendo una vida normal, como cualquier otra persona», afirma orgulloso.

El misionero murciano reconoce que no es fácil. «Mentiría si dijera que no tengo miedo», explica. «A veces decimos cosas que a los de alrededor no les caen bien, pero no por eso voy a dejar de evangelizar». De hecho, reconoce que se inspira mucho en san Óscar Romero, que fue asesinado mientras celebraba la Misa. «Muchas veces pienso: ¿será este el momento? Es algo que tengo muy grabado».

Sin embargo, no se queda paralizado. «Si le metes miedo a todo esto no avanzamos, hay que dejarlo al lado y seguir avanzando», explica. Por ello, anima a todos a «arriesgar la vida por el Evangelio, es lo más grande y hermoso que podemos hacer». También exhorta a los sacerdotes diocesanos de España a dar el salto a la misión.

Dos tercios de los misioneros

El Día de Hispanoamérica está organizado por la Conferencia Episcopal Española (CEE) para recordar a los sacerdotes, religiosas y religiosos, consagrados y laicos misioneros en Iberoamérica (el 66,7 % de los misioneros españoles están allí). Pero en especial a los pertenecientes a la OCSHA, que este año cumple su 75 aniversario. El año pasado, en la colecta de esta jornada, se recaudaron 59.657 euros para apoyarles.

Con motivo de esta cita anual, el director de Obras Misionales Pontificias, José María Calderón, explica que «casi 6.000 misioneros españoles están trabajando en Hispanoamérica, y a veces en situaciones muy complicadas». De ellos, unos 150 son de la OCSHA. El también secretario de la Comisión para las Misiones y Cooperación con las Iglesias de la CEE subraya en un videomensaje que «todos ellos gastan y desgastan su vida por ayudar al prójimo para que se encuentre con Cristo». Por ello, pide «rezar por ellos, para que el Señor los ayude».

El cardenal Robert Prevost, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, afirma en su mensaje para este día que la entrega de los misioneros es la consecuencia del «llamado que como sacerdotes hemos recibido por parte del Señor»: vivir «eucarísticamente al servicio de todos, en especial, de los más pobres» y ofrecer el amor de Jesucristo «para la salvación del mundo».