Mary's Meals, Princesa de Asturias de la Concordia
La organización humanitaria da de comer cada día a casi dos millones y medio de niños en sus colegios. «El premio nos va a permitir alimentar todavía a más niños», dice su directora ejecutiva en España
Eran 47 candidaturas de 18 nacionalidades distintas, pero el jurado del premio Princesa de Asturias ha concedido su galardón a la Concordia a la organización Mary’s Meals.
La candidatura fue propuesta por la escritora María Vallejo-Nágera y hoy es recibida «con mucha alegría, porque supone un antes y un después en nuestra labor», afirma Marta Manen, directora ejecutiva de Mary’s Meals en España.
El galardón «nos va a permitir mucha más visibilidad porque nosotros no gastamos nada en publicidad, y eso al final va a redundar en poder alimentar a más niños. Estamos superagradecidos», dice Manen.
El fundador de la organización, Magnus MacFarlane-Barrow, ha transmitido a través de Manen «su agradecimiento en nombre de tantas personas que se sacrifican en silencio todos los días para que estos niños puedan comer, y también en nombre de los mismos niños».
Para la directora ejecutiva de Mary’s Meals en España, lo que ofrece la organización premiada con el Premio Princesa de Asturias es «una solución muy sencilla: dar una comida al día a los niños en su colegio, para que a través de la educación encuentren un futuro mejor y una salida a la pobreza».
Además, esta solución «promueve el compromiso de la comunidad local, porque son ellos los que elaboran las comidas, y lo hacen con productos de la zona, lo cual ayuda la economía de origen».
En realidad, todo se resume «en pequeños actos de amor de muchísima gente», lo cual permite hoy que casi 2.500.000 de niños de cuatro continentes puedan comer, y que al hacerlo en sus colegios puedan también ir a clase y no pierdan así oportunidades de futuro.
Se calcula que hay en el mundo cerca de 67 millones de niños víctimas del hambre que no van al colegio. A fin de sobrevivir, tienen que trabajar o pedir limosna. En el año 2002, después de varios años de actividades solidarias, el escocés Magnus MacFarlane-Barrow conoció en 2002,en un pequeño pueblo de Malawi, a un niño de 14 años llamado Edward. Magnus le preguntó cómo le podía ayudar, y el chico le contestó: «Quiero tener suficiente comida y un día ir al colegio». La sencillez de estas palabras movió a Magnus a empeñarse por dar una comida al día a los niños en sus escuelas, para así unir alimentación y educación, y ese fue el comienzo de Mary’s Meals.