Maria Gloria Riva: «Los turistas se encuentran al Santísimo expuesto» - Alfa y Omega

Maria Gloria Riva: «Los turistas se encuentran al Santísimo expuesto»

María Martínez López
Foto cedida por Gloria Riva.

En 2016, las Adoratrices Perpetuas de Montefeltro (Italia) recibieron la oferta de instalarse en el antiguo convento de San Francisco, en San Marino. Así llegaron a este microestado europeo, uno de los tres únicos países del mundo rodeado totalmente por otro.

Según la tradición, el origen de San Marino se remonta a la persecución de Diocleciano.
San Marino y san Leo fueron personas reales, originarios de Dalmacia, que llegaron a Rímini como canteros para la construcción de la ciudad. No sabemos con precisión la fecha de nacimiento de san Marino. Para unos nació en 257 y salió de la isla de Arbe con san Leo en 275, para otros nació en 275 y salió en 297. Sí es segura la fecha de la fundación de la República, en 301, y la de su muerte en 366. La hipótesis de su nacimiento en 275 es la más probable.

San Marino debía de ser muy hábil en su trabajo, tenía el título de magister. Mientras su amigo Leo se retiró muy pronto como ermitaño en el monte Feliciano o monte Feretrio (más tarde monte de San Leo), Marino trabajó unos doce años en Rímini. Luego se refugió en las laderas del monte Titano. Después de descubrir la belleza de su cima, comenzó a construir una capilla dedicada a san Pedro.

¿A quién pertenecía ese terreno?
A la señora Felicissima. Verissimo, su hijo, estaba en contra de su presencia y le molestaba constantemente. San Marino rogó al Señor que lo socorriera y quedó paralizado. Volvió a orar, y Dios le devolvió al salud. Por ello su madre le entregó toda la propiedad de la montaña.

El obispo Gaudenzio, agradecido por la presencia de los dos santos ermitaños, quiso ordenarlos sacerdotes y obispos. San Leo lo fue. Pero san Marino no quiso, y se convirtió solo en diácono. De regreso a su ermita descubrió que un oso había descuartizado al burro que lo ayudaba en las labores de construcción. Por ello, obligó al feroz animal a ocupar el lugar de su burro. Por eso a menudo se le representa con un oso.

San Marino se considera una de las repúblicas más antiguas del mundo, y en algunos aspectos ha permanecido inmutable desde la Edad Media. ¿Cómo ha influido esto en la realidad del país hoy?
Hay huellas de esta historia y de su particularidad estructura política sobre todo en el vocabulario. La suprema autoridad política, constituida por los cabezas de familia, se llamaba arengo. El arengo era responsable de nombrar los cargos más altos del Estado; incluidos los cónsules, más tarde conocidos como capitanes regentes. En el siglo XV, a medida que aumentaban las familias, se formó un consejo de 60 ciudadanos para encomendarles tareas ejecutivas. Así nació el Gran Consejo General.

Hoy el término instanza d’arengo se refiere a cómo los ciudadanos pueden presentar solicitudes de interés públicos cada seis meses, los primeros domingos después del 1 de octubre y del 1 de abril. La república está hoy gobernada por dos capitanes regentes que ostentan el cargo de forma colegial durante seis meses; por el Gran Consejo General (parlamento), por un Congreso del Estado, que es el órgano ejecutivo, y por un Colegio Garante de la Constitucionalidad de las Normas, establecido en 2002.

En su origen, era una de tantas pequeñas naciones de la península italiana. ¿Cómo consiguió mantener su independencia cuando el resto se unificaron en el siglo XIX?
Cuando Marino murió en 366, se cree que dijo a los suyos «os dejo libres de ambos hombres», el emperador y el Papa. A partir del siglo XIX los críticos cuestionaron estas palabras, que parecen pertenecer más a una concepción medieval del poder. Pero el caso es que pasaron a la historia como fundamento de la independencia de la república.

Solo hubo un episodio entre 1730 y 1740 en el que la república fue ocupada militarmente por el cardenal Alberione. El Sumo Pontífice Clemente XII le devolvió la independencia el 5 de febrero de 1740, y por eso santa Ágata pasó a ser copatrona. Gracias a la previsión de sus capitanes regentes, este país siempre logró mantenerse independiente. Napoleón Bonaparte le ofreció la posibilidad de ampliar sus fronteras. Pero el entonces capitán regente, Antonio Onofri, respondió que «la república de San Marino, contenta con su pequeñez, no se atreve a aceptar la generosa oferta que se le hace, ni a entrar en visiones ambiciosamente magnificadas que con el tiempo puedan comprometer su libertad». Durante la unificación italiana, dieron refugio a Garibaldi tras una derrota, por lo que más tarde él mismo respetó su deseo de permanecer independiente.

San Marino
Población:

34.700 habitantes

Religión:

Católicos, 97 %

Renta per cápita:

45.600 euros

¿Existe una cultura sanmarinense?
Es un lugar de esencia totalmente italiana, con la misma gente y el mismo dialecto romañol.

El 50 % de su economía se basa en el turismo. ¿Qué nos recomienda?
Una visita a San Marino no puede renunciar al recorrido por las tres torres, tanto por su belleza como por su importancia histórica. La más antigua (siglo X) es la llamada Rocca o Guaita, es la más imponente, una fortaleza con dos murallas. En su prisión hay numerosos grafittis hechos por presos, auténticos cómics. En su patio hay dos cañones, regalo del rey Víctor Manuel III, que se disparan con fogueo en días festivos. Para llegar a la siguiente torre, Cesta (siglo XII), es necesario usar el Passo delle Streghe, llamado así porque, según una leyenda local, por la noche era lugar de reunión de las brujas. Es el punto más alto de la República, a 755 metros, y ofrece un panorama extraordinario. Mucho más aislada y accesible a través de un paseo por el bosque, se encuentra la tercera torre pentagonal, llamada Montale, aunque no está abierta al público.

Además de museos como el estatal o la Galería de Arte Moderno, está el Museo de Curiosidades. Alberga, en versiones originales o reproducidas, cientos de rarezas inusuales, como el hombre más alto y el más tatuado del mundo, un reloj de nariz y una trampa para pulgas.

Y si se llega en teleférico, se pasa junto a una antigua cantera llamada Cava dei Balestrieri. De ahí se extrajo la piedra para restaurar el palacio, y después se transformó en un área para el tiro de ballesta. Esta arma está profundamente arraigada en la tradición de San Marino.

Otro pequeño estado europeo, Liechtenstein, tiene su propia diócesis. ¿Por qué San Marino no?
Un obispo no podría residir permanentemente en San Marino, ya que sería una autoridad permanente frente a los capitanes regentes, que solo ostentan su cargo seis meses. De hecho, la cátedra del obispo estuvo durante muchos siglos en San Leo. Luego, por la restauración de la catedral, se llevó a Pennabilli (sede de la diócesis), donde todavía se encuentra hoy.

¿Cómo viven los sanmarinenses la fe?
Las raíces religiosas del país se reflejan claramente en las fiestas nacionales. Como el Corpus Domini, que, a diferencia de Italia, no se traslada al domingo sino que está fijo en el jueves. También el 3 de septiembre, festividad de san Marino, se celebra con gran solemnidad. En ambos casos, el pueblo, capitanes regentes y funcionarios del Estado se reúnen en la catedral para la Eucaristía y la procesión. El Ejército participa con uniforme.

Usted es italiana. ¿Cómo acabó en San Marino?
Estoy en la diócesis de San Marino-Montefeltro desde 2007, cuando fundé un monasterio de las Adoratrices Perpetuas. Desde el principio de nuestra presencia, como me encargo de la hermenéutica del arte, colaboré con San Marino en numerosas iniciativas relacionadas con el arte y la cultura. Pero no nos instalamos en esta comunidad hasta 2016, cuando a través de un amigo franciscano conventual nos enteramos de que el antiguo convento de San Francisco estaba disponible.

¿A qué se dedican?
Nuestro contacto con el ambiente cultural y religioso sanmarinense fue muy positivo. La gente nos acogió con mucho cariño, a pesar de la tristeza por la partida de los frailes conventuales, que llevaban aquí desde 1200. Además de la adoración perpetua y el canto de la liturgia, nuestra comunidad promueve iniciativas culturales encaminadas a profundizar en el patrimonio de la república y de Montefeltro. Contamos con una pinacoteca donde se guardan numerosas obras de arte pertenecientes a los frailes franciscanos.

Entre nuestras iniciativas más exitosas estuvo la creación de un jardín simbólico dentro de un patio sin adornos. Este jardín ha despertado mucho interés y sigue siendo escenario de actos culturales pequeños, pero significativos. Además, hemos organizado varias exposiciones de arte, la última sobre Dante Alighieri. En ella, resaltamos los cartones de Emilio Ambron sobre el XIII Canto del Purgatorio, que son parte de la colección.

¿Y en el plano religioso? Su carisma es la adoración perpetua.
Hemos estado en el meollo de las dificultades por la emergencia de la COVID-19, apoyando a la gente con la oración, también pública. En varios momentos, como la muerte de un funcionario del Parlamento Europeo de origen sanmarinense, nuestra comunidad organizó y realizó un velorio. Desde hace más de un año, algunos fieles está organizando momentos de adoración vespertina para la defensa de la vida. Contamos también con feligreses muy fieles que nos ayudan en los turnos de adoración diarios. Y además, numerosos turistas, al visitar nuestra iglesia, tienen la fortuna de encontrarse con la posibilidad de adorar al Santísimo, que está expuesto constantemente.