Pene Patelesio: «En un atolón se vive sin la presión del estilo occidental» - Alfa y Omega

Pene Patelesio: «En un atolón se vive sin la presión del estilo occidental»

María Martínez López
Patelesio (derecha) poco después de su llegada a Tokelau. Foto cedida por Peter Setefano.

Tokelau es el cuarto territorio menos poblado del mundo. Los tres atolones que lo forman (diez km2) dependen de Nueva Zelanda. En el de Nukunonu, casi todos los vecinos son católicos. Pene Patelesio es el sacerdote al frente de la parroquia del Sagrado Corazón.

¿Cómo llegó el cristianismo a Tokelau?
Trajo el Evangelio gente local, de la región. Luego llegaron los misioneros maristas, tanto sacerdotes como religiosas.

¿Cómo son sus compatriotas?
Estamos orientados a la familia y la comunidad, y la fe católica nos fortalece.

Un atolón es un estrecho anillo de tierra que separa el mar de una laguna interior. ¿Cómo es la vida allí?
Llevamos una vida ligera y agradable… ¡Y con mucho sol! La gente y los bienes nos llegan por mar desde Samoa, a 500 kilómetros. Nuestro día a día es tranquilo, la gente vive como en cualquier otro sitio, aunque sin la presión del estilo de vida occidental. Las familias son amplias. Vivir en un atolón tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Una de las ventajas es que han estado protegidos de la COVID-19.
Pero nos estamos preparando por si en algún momento llega. Sí ha habido un cierto impacto en el transporte desde Samoa.

En Tokelau, el atolón de Atafu es mayoritariamente congregacionalista, el de Nukunonu católico, y en el de Fakaofo hay gente de ambas confesiones. ¿Influye esto en que tengan identidades distintas?
Ser católicos o congregacionalistas nos diferencia solo en el nombre. Nuestra identidad como tokelauenses se refleja en nuestra comunidad local y nuestra comunidad de fe. A veces, cuando hay encuentros entre los tres atolones, organizamos celebraciones mixtas.

¿Cómo funciona la política allí, donde todo el mundo se conoce?
Las decisiones se toman a distintos niveles. El Gobierno y los políticos, los políticos locales y los líderes eclesiales intentamos trabajar juntos. La mayor parte del tiempo es útil conocer a nuestros líderes.

¿Cómo se convirtió en párroco de Nukunonu?
Yo nací en Tokelau. Pero soy sacerdote de la archidiócesis de Wellington, en Nueva Zelanda. Llevo aquí tres años.

¿Pertenecen canónicamente a esa diócesis?
Tokelau es una misión sui iuris, cuyo superior es el obispo de Samoa. Grupos de aquí solían ir a los encuentros que se organizaban allí. Pero, actualmente, es casi imposible por la pandemia.

Háblenos de sus feligreses.
Intentamos vivir los valores del Evangelio en el día a día, combinándolos con nuestros valores tradicionales. Los líderes laicos y los líderes juveniles juegan un papel importante. También hay un programa semanal de catequesis para niños. En Fakaofo tienen su propia parroquia, de San Pedro y San Pablo. Viajo de un atolón a otro para celebrar Misa.

¿Cuáles son las principales fiestas, además de Navidad y Pascua?
Las de Cristo Rey, san Pedro y San Pablo, santa Teresita del Niño Jesús y san Pedro Chanel [primer mártir en Oceanía, N. d. R.], además de algunos días de la Virgen.

En el otro extremo del atolón, de hecho, en medio de un pequeño bosque, se levanta una imagen de ella.
Lleva allí casi 150 años. Es un símbolo de cómo estamos conectados con otras comunidades católicas del mundo a través de la presencia, la oración y la imagen de María.

¿A qué retos se enfrenta la parroquia?
Tenemos un nuevo proyecto para educar a la gente sobre su fe y para ser testigos de ella. Rezamos por el Sínodo y hemos rellenado el cuestionario.

Tokelau
Población:

1.500 habitantes

Religión:

Congregacionalistas, 64 % y católicos, 32 %

Renta per cápita:

5.900 euros