Manuel María Bru: «La catequesis es el mejor voluntariado que tiene la Iglesia»
«Gracias por vuestra entrega. La catequesis es el mejor voluntariado que tiene la Iglesia», decía este miércoles el nuevo delegado de Catequesis de Madrid, Manuel María Bru, en uno de sus primeros encuentros con catequistas de la diócesis. En las próximas semanas –les anunció– les visitará por vicarías para abordar cómo transmitir la fe en la cultura actual en el contexto del nuevo Plan de Evangelización de Madrid
Bru invitó a los catequistas a la presentación de un libro de Romana Editorial especialmente dirigido a ellos, A los catequistas, que reúne catorce homilías, mensajes y discursos de Jorge Mario Bergoglio, la mayoría como arzobispo de Buenos Aires.
«El Papa habla al corazón del catequista», destacó la directora de Romana, Carmen Magallón. En la presentación, celebrada en el Salón de Actos de Alfa y Omega, participó también el director del Secretariado de la Subcomisión de Catequesis de la Conferencia Episcopal, Juan Luis Martín Barrios, que resumió en una sola frase el contenido del volumen: «Enraizados en Jesucristo, sean discípulos misioneros y salan a buscar corazones».
Francisco –prosiguió el sacerdote zamorano– entiende la catequesis como una parte esencial de la evangelización y, para renovarla, insiste en la necesidad de contar con laicos perseverantes y comprometidos, alegres y bien formados en las Sagradas Escrituras. Martín Barrios comparó la evangelización con el amor entre un hombre y una mujer. La catequesis sería el equivalente al momento del enamoramiento.
La tarea del catequista –añadió– es hoy especialmente necesaria, en una situación «más cercana a la de los primeros siglos del cristianismo» –cuando surge el catecumenado en un ambiente social pagano– que «a la del siglo XX, porque ya no vivimos en un ambiente de cristiandad». Transmitir la fe es hoy una tarea difícil, pero apasionante: «Después del sacerdocio, realizáis la tarea más hermosa en la Iglesia.
¡Felicidades!», dijo el responsable de la CEE a su auditorio.
De ello habló en primera persona Manuela Ferreiro, catequista desde hace 40 años en la parroquia de la Transfiguración del Señor (barrio de Usera). «Mi misión es acercar a todos al Señor», contó, y exhibió como grandes motivos de satisfacción en todo este tiempo las historias de algunos antiguos niños de sus catequistas, hoy catequistas con ella, con alguno incluso convertido en sacerdote.