Malta y la fuerza del Evangelio - Alfa y Omega

Malta y la fuerza del Evangelio

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En el año 60, san Pablo naufragó frente a la costa de Malta, donde pasó tres meses e introdujo el cristianismo. Allí «dejó una marca imborrable», como subrayó Benedicto XVI en su viaje de 2010, y «la unidad, la solidaridad y el respeto recíproco» están en la base de su «vida social y política». En una isla que se encuentra en «el corazón del Mediterráneo» y a la que llegan muchos migrantes, el Papa alemán pidió que estos valores cristianos fueran una «brújula» en «la búsqueda de un auténtico desarrollo integral», sin dejarse llevar nunca por «el indiferentismo y el relativismo».

Después de haber pospuesto por la pandemia el viaje al país –originalmente previsto para mayo de 2020–, Francisco lanzará este fin de semana un mensaje parecido. Tras las huellas de san Pablo y de sus dos predecesores en la silla de Pedro, el Pontífice reivindicará la fuerza de la fe en un entorno todavía católico, pero en el que se está experimentado una caída acusada del número de practicantes, y volverá a alzar la voz a favor de la hospitalidad. Porque el Evangelio no es un libro en una estantería o un recuerdo de otra época, sino una realidad viva para los creyentes… y para el mundo.