Madrina realiza un nuevo envío a Ucrania a los tres años de guerra
Miles de sábanas, leche de fórmula, pañales, un autobús y varias ambulancias acondicionadas para entornos de guerra irán a las zonas más conflictivas
«Nos preocupa el frío, la alimentación, la higiene infantil, los partos sin luz ni material médico suficiente… Solo queremos seguir ayudando y apoyando», afirma a Alfa y Omega Conrado Giménez, presidente de la Fundación Madrina, que en el tercer aniversario de la guerra de Ucrania ha anunciado un nuevo envío de ayuda humanitaria./p>
Concretamente, la fundación ha confirmado que su nuevo convoy de ayuda humanitaria saldrá a finales de marzo desde Madrid hacia el este de Ucrania, donde se concentran los frentes de guerra. En él irán miles de sábanas, batas, guantes y pijamas quirúrgicos, así como leche de fórmula, pañales, empapadores, gasas y camillas. Además, se enviará un autobús con capacidad para más de 50 personas para labores de rescate y evacuación, y varias ambulancias acondicionadas para entornos de guerra.
Después de tres años, la Fundación Madrina ha seguido realizando tras la primera emergencia una labor sostenible. «Fuimos de los primeros en el frente de guerra», señala Giménez, «rescatando refugiados en Polonia y trayéndolos a Madrid, pero también hemos entrado varias veces a Ucrania para rescatar personas que estaban bloqueadas por los efectos de los bombardeos rusos, en zonas muy conflictivas. Y todo eso siguiendo con nuestra labor de atención en España».
Durante todos estos años, el Papa Francisco no ha dejado de referirse a las víctimas de la guerra tantos en el ángelus como en las audiencias generales. Ha sido también así en su ingreso en el hospital policlínico Gemelli, desde donde este domingo ha hecho llegar su texto del saludo dominical a los medios de comunicación, declarando que el tercer aniversario de la guerra a gran escala contra Ucrania «es un aniversario doloroso y vergonzoso para toda la humanidad», al tiempo que ha querido «renovar mi solidaridad con el martirizado pueblo ucraniano».
Así, tras rescatar a más de 3.000 familias, incluyendo niños y madres, de las zonas de conflicto, llevándolos a un lugar seguro, y de enviar más de 100 toneladas de ayuda humanitaria, «ahora nos planteamos otro convoy. Cada tres meses viajamos allí, con material sanitario, ecógrafos, material infantil, generadores, ambulancias y autobuses para rescatar familias en zonas de conflicto».
Se trata de una labor de ayuda continuada en el tiempo porque «cada vez es más necesaria». Por eso, «aunque se hable de paz, no se sabe cuándo va a tener lugar, y mientras tanto sigue habiendo víctimas, niños y madres en situaciones sin luz en hospitales ni casas, una situación muy dramática y muy delicada».