Los siete mitos sobre los migrantes según CONFER

«Según publicaron medios como La Vanguardia, un tercio de los españoles ve la inmigración como “una clara amenaza”. Sin embargo, según el INE, la cifra de condenados extranjeros es del 25,8 %, frente al 74,2 % que tienen nacionalidad española». Este es uno de los mensajes de la campaña #RompeElMito que está publicando estos días CONFER en redes sociales, en el contexto del Día Internacional del Migrante que convoca la ONU cada 18 de diciembre. 

Con esta iniciativa, el Área de Migraciones y Trata de Seres Humanos de la CONFER quiere poner de relieve la falsedad de algunos prejuicios asociados al fenómeno de la migración, como la inseguridad o la pérdida de empleos. Son mitos que intenta desmontar acompañándolos de datos estadísticos, de ejemplos de vida religiosa en proyectos intercongregacionales que trabajan con personas migradas y refugiadas, y de historias de resiliencia y superación protagonizados por migrantes. 

Otro ejemplo es el mito difundido por el diario El Correo a principios del año pasado, cuando publicó que por primera vez en la historia los extranjeros acaparan el empleo destruyendo los puestos ocupados por nacionales. Ante ello, la CONFER responde que «en nuestro país existe una alta demanda de mano de obra para determinados sectores como la agricultura, hostelería, construcción, o servicio doméstico, trabajos que los españoles no están dispuestos a cubrir por bajas remuneración y malas condiciones laborales». En este sentido sólo el 15 % de los migrados desempleados percibe alguna prestación frente al 50 % de nacionales desempleados, según los religiosos españoles. 

Asimismo, frente a las frecuentes noticias de actos racistas en nuestro país, la CONFER destaca que «la población migrada está bastante bien arraigada en nuestra sociedad y goza de una integración y convivencia fundamentalmente cordial y pacífica», aunque persista «cierto distanciamiento y segregación» en nuestros barrios. 

«Desde la CONFER proponemos escuchar las voces silenciadas, acoger de una manera digna más allá de lo básico, superar la fragmentación institucional y fomentar la solidaridad interterritorial», señala la organización. Por ello, «es clave respetar los protocolos de protección internacional, proteger a los menores, evitar la revictimización y priorizar la justicia y la humanidad».