Los Salesianos continúan en Siria a pesar de la guerra
La situación en Siria continúa siendo muy grave, con continuos ataques y bombardeos diarios. A pesar de la guerra, que estalló hace más de cinco años, los misioneros salesianos siguen sobre el terreno trabajando con los jóvenes, sus familias y acogiendo a los desplazados en los tres centros que tienen: uno en Kafroun y los otros dos en las zonas de conflicto de Alepo y Damasco
Cada uno de los centros, en funcionamiento desde mucho antes del inicio de la guerra, cuenta con tres salesianos y un diácono. En todos ellos se ofrece formación académica para los menores y cuentan con salones para actividades, espacios deportivos y salas para las reuniones de los jóvenes y también para acoger a sus familias. Los centros también ofrecen apoyo psicológico, alojamiento de emergencia, comidas nutritivas y asistencia médica a las personas que lo necesitan.
A pesar de la violencia en curso, los centros salesianos continúan respondiendo a las necesidades de sus comunidades a través de la distribución de alimentos, ayuda económica y becas para ayudar a los jóvenes continúen con sus estudios. Los misioneros salesianos saben que han disminuido los jóvenes en la zona, ya que muchos han huido para no ser reclutados a otras áreas de Siria y a los países vecinos.
Los Salesianos reconocen que los jóvenes, debido a la guerra, «tienen mayor necesidad de socialización, de entretenimiento y de fraternidad. Necesitan un lugar tranquilo donde puedan jugar y hablar con sus compañeros y con los adultos que los apoyan, y por eso tratamos de ofrecer ese espacio seguro para que puedan aprender, procesar sus sentimientos y relajarse con sus amigos sin pensar en la guerra», comentan los misioneros.
«El país está cada vez más agotado y empobrecido por la guerra y las consecuencias sobre las condiciones de vida de la población son devastadoras», asegura el padre Munir El Rai, inspector de los Salesianos en Medio Oriente.
Desde el estallido de la guerra, más de 7,3 millones de sirios han sido desplazados dentro del país y al menos 4,7 millones de refugiados sirios se encuentran en los países vecinos de Turquía, Líbano, Jordania e Ira, además de la reciente avalancha de refugiados que ahora busca de asilo en Europa sin demasiado éxito y con poca ayuda de los estados, según Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Además de los centros salesianos en Siria, los misioneros salesianos también siguen ayudando a los refugiados en Turquía, Líbano y Egipto desde principios de 2012 atendiendo a entre 400 y 800 refugiados cada día, muchos de los cuales son mujeres y niños.
En estos lugares de acogida y atención, los misioneros ofrecen ayuda de emergencia para la satisfacción de las necesidades básicas y proporcionan un refugio, seguridad y asistencia médica.
Los misioneros también ofrecen formación técnica y enseñanza de un idioma para ayudar a los refugiados en la tarea de encontrar un empleo estable en sus nuevos países de acogida que para muchos es particularmente difícil debido a las leyes laborales y la falta de redes sociales y profesionales establecidas.
Ofrecen programas de capacitación, promoción y asesoramiento, además de espacios seguros para las familias de refugiados vulnerables para encontrar un sentido de comunidad y de la paz.
Los Salesianos también tratan de ayudar a los refugiados más desfavorecidos, en particular los que viven fuera de los campamentos protegidos, apoyando a los ancianos, mujeres y bebés.