Los obispos mexicanos a Claudia Sheinbaum: «Nunca más el dominio del crimen organizado»
«Creemos que, al llegar por primera vez a la presidencia de la república una mujer, sabrá tener una gran sensibilidad y respeto impulsando todo aquello que redunde para el bien y el desarrollo social de los ciudadanos», han afirmado en un mensaje
Un día antes de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, los obispos mexicanos han hecho público un mensaje «para expresar sus mejores deseos» tanto a ella como a todo su equipo de gobierno. «Les deseamos un buen inicio y una fructífera gestión como servidores políticos del pueblo mexicano», expresan los prelados, quienes además aseguran tener «sentimientos de esperanza» al comienzo de esta nueva etapa de gobierno.
«México es un pueblo muy apreciado en el mundo por su hospitalidad y calidez, por su generosidad y creatividad que deben ser custodiadas cuidadosamente», valoran. Y recalcan que, por primera vez en la historia, el país sea liderado por una figura femenina. «Creemos que, al llegar por primera vez a la presidencia de la república una mujer, sabrá tener una gran sensibilidad y respeto impulsando todo aquello que redunde para el bien y el desarrollo social de los ciudadanos».
Sin embargo, los obispos también le ponen deberes a la presidenta Sheinbaum, pidiéndole que escuche la realidad de la gente que «exige, de manera inmediata, políticas públicas que garanticen la seguridad ciudadana, superen la pobreza y la desigualdad». También le recuerdan que el Gobierno central cuenta con los recursos y herramientas necesarias para lograr la paz. «Nunca más el dominio del crimen organizado ni de la delincuencia en general», sentencian los prelados en su mensaje.
Los cinco obispos firmantes, pertenecientes a la Conferencia del Episcopado Mexicano, afirman rotundamente la necesidad de «trabajar con seriedad y visión» en la mejora de un sistema educativo nacional «tan descuidado por la visión carente de un verdadero humanismo que forje el espíritu de la niñez y la juventud mexicanas». De esta manera, llaman también a impulsar un pacto educativo nacional.
«Reconocemos la dignidad de toda persona como un principio inviolable», recalcan, haciendo alusión a la reciente declaración Dignitas infinita, del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. «Necesitamos vivir en un Estado democrático que respete los derechos humanos y fomente una cultura de respeto mutuo y participación ciudadana».
Los obispos mexicanos reiteran su voluntad «de sumarnos a esta dinámica para convivir con justicia y solidaridad para todos» y piden a la Virgen de Guadalupe, patrona del país, «que nos ayude a valorar toda la riqueza de nuestras raíces históricas comunes que nos hacen ser una sola nación».