Los obispos de EE. UU. condenan el asalto al Capitolio: «No somos así» - Alfa y Omega

Los obispos de EE. UU. condenan el asalto al Capitolio: «No somos así»

El presidente de la Conferencia Episcopal Estadounidense, José H. Gómez, invita a «reafirmar nuestro compromiso con los valores y los principios de nuestra democracia»

Redacción
Foto: Reuters / Jim Urquhart

La Iglesia de Estados Unidos se sumó el miércoles a la condena de la irrupción violenta en el Capitolio del país durante las protestas de partidarios de Donald Trump a la certificación del triunfo electoral de Joe Biden. «Me uno a las personas de buena voluntad al condenar la violencia de hoy», afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal Estadounidense, José H. Gómez, en un comunicado.

«Como americanos nosotros no somos así», aseguraba junto con sus oraciones por los congresistas, el personal del Capitolio y las fuerzas de seguridad. Estas palabras se hacían eco de las pronunciadas poco antes por Joe Biden en una comparecencia pública. Horas después (poco antes de las 10 del jueves, hora española), y a pesar de todo lo ocurrido, ambas cámaras rechazaron la objeción del Trump a los resultados electorales de Pensilvania y así certificaban así la victoria del candidato demócrata.

«El traspaso pacífico del poder es uno de los sellos distintivos de esta gran nación. En este momento preocupante, debemos reafirmar nuestro compromiso con los valores y los principios de nuestra democracia y unirnos como una única nación bajo Dios», añadía el también arzobispo de Los Ángeles antes de invocar la guía de la Virgen para que el país camine «por senderos de paz» y tenga «la gracia del verdadero patriotismo y amor al país».

Reconocer la dignidad del adversario

El obispo cuya diócesis se ha visto directamente implicada en los acontecimientos, el cardenal Wilton Gregory, arzobispo de Washington, equiparaba el Capitolio a «terreno sagrado»; que «los americanos deberíamos honrar como el lugar en el que se debaten y deciden las leyes y políticas de nuestro país» y en el que durante los últimos siglos «la gente se ha manifestado de forma adecuada, representando una amplia variedad de opiniones». Por ello, «deberíamos sentirnos violados» cuando «se falta al respeto y se profana» este «legado de libertad».

El primer cardenal afroamericano lamentaba también las primeras noticias sobre muertos durante el asalto. Horas después se confirmó que son al menos cuatro los fallecidos, y que 14 policías fueron heridos. Además de invitar a la oración por la paz y por la seguridad de todos los implicados, Gregory reflexionaba sobre cómo «el tono de división que tanto ha dominado recientemente los debates nacionales debe cambiar». De hecho, añadía Gregory, «quienes han recurrido a la retórica incendiaria deben aceptar alguna responsabilidad por incitar la creciente violencia».

Estados Unidos está llamado a ser un pueblo con «valores democráticos que respete las opiniones de los demás», incluso cuando son contrarias a las propias. «Debemos reconocer la dignidad humana de aquellos con los que no estamos de acuerdo e intentar trabajar con ellos para asegurar el bien común para todos», concluía el arzobispo de Washington.

El arzobispo que plantó cara a Obama

No han sido los únicos obispos que han salido al paso de los incidentes en la capital, con declaraciones a los medios o pronunciamientos en redes sociales, bien llamando escuetamente a la paz, bien condenando la violencia. Entre ellos se incluyen algunos de los elegidos por el episcopado para llevar la voz cantante frente a la Administración Biden en un campo tan problemático como la defensa de la vida.

William Lori, arzobispo de Baltimore (también cerca de la capital), compartió en un comunicado su «pesadez de corazón» por las protestas «chocantes e ilegales» en los alrededores y el interior del Capitolio. Al mismo tiempo pedía a los «americanos de buena voluntad y amantes de la paz» que se unieran para «generar paz, reconciliación y sanación en nuestra herida y rota nación».

Lori fue elegido durante la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Estadounidense, en noviembre, como futuro presidente, a partir de noviembre, del Comité de Actividades Provida de la conferencia episcopal. El arzobispo de Baltimore fue uno de los protagonistas indiscutibles de las relaciones Iglesia-Estado durante el mandato de Barack Obama, como primer presidente del Comité ad hoc para la Libertad Religiosa, creado para enfrentarse a cuestiones como el mandato sanitario de contratar para los empleados seguros sanitarios que cubrían la contracepción o la equiparación de las uniones homosexuales al matrimonio.

«Fruto de la polarización de la sociedad»

El cardenal de Newark (Nueva Jersey), el cardenal Joseph Tobin, sin embargo, confesó que no se sentía sorprendido pero sí «entristecido» por lo ocurrido en el Capitolio. «Es el fruto de la larga y progresiva polarización de la sociedad», un proceso que falsea «la fe, el imperio de la ley y la ciencia». El hecho de que la violencia se produzca en tiempo de pandemia, cuando el país debería estar más unido, «muestra cuánto han empeorado las cosas en Estados Unidos».

A los católicos preocupados por la situación, el cardenal les recordaba que «en dos milenios de intentar vivir las enseñanzas de Jesús, cuando mejor lo hacemos es cuando nos preocupa el bien común. No se trata de mí y de mi lista de deseos, sino más de lo que podemos hacer juntos para dejar este mundo mejor de cómo lo hemos encontrado».