Los misioneros españoles en Malí: «La situación está tranquila. Nos encontramos bien» - Alfa y Omega

Los misioneros españoles en Malí: «La situación está tranquila. Nos encontramos bien»

Malí sufrió este martes el cuarto golpe de Estado desde su independencia. «La situación está tranquila» y «nos encontramos bien. El golpe de Estado ha sido bastante sosegado, no ha habido muertos ni grandes altercados», asegura la hermana Mercedes Cuadrado, que lleva 53 años en el país, a Alfa y Omega

José Calderero de Aldecoa
Mercedes Cuadrado con una de las alumnas del centro de formación de mujeres. Foto cedida por las Hermanas del Ángel de la Guarda

Mercedes Cuadrado es religiosa de la congregación de Hermanas del Ángel de la Guarda. Nació en el pueblo palentino de Buenavista de Valdavia, pero lleva ya 53 años de misionera en Malí. Concretamente, vive en la localidad de Bamako, donde «tenemos un centro de salud y un centro de formación para las mujeres» y ambos se encuentran situados en barrios periféricos de la capital maliense. «También colaboramos en la parroquia», asegura.

«En el centro de salud atendemos a diario a muchísima gente. Tenemos varios médicos y se realizan más de 200 consultas al día. Está abierto siempre, por el día y por la noche», explica Cuadrado. «El centro de formación, sin embargo, ahora lo hemos tenido que cerrar por el coronavirus, aunque esperamos poder abrirlo dentro de algunas semanas».

Tranquilidad tras el golpe

Con este nuevo golpe de Estado, sucedido el martes 18 de agosto, la religiosa palentina ya es el cuarto que vive desde que se encuentra en el país. Todos se han perpetrado un martes. La costumbre es quizá el motivo por el que su voz suena serena al otro lado del teléfono. También porque «la situación está tranquila» y «nos encontramos bien. El golpe de Estado ha sido bastante sosegado, no ha habido muertos ni grandes altercados», asegura en conversación con Alfa y Omega.

Cuadrado no utiliza la palabra necesario para referirse al golpe de Estado, y mucho menos justifica lo ocurrido, pero sí confiesa que «Malí necesitaba algo que cambiara la situación. Hay muchos problemas, de corrupción, de seguridad, de educación, de salud… En fin, lo más importante no funciona bien».

Ahora, «hay que esperar un poco para ver cómo se van organizando las cosas». De momento, «la gente está acudiendo a sus puestos de trabajo» y esta tarde, a las 15:00 horas, se ha convocado una manifestación pacífica para apoyar los cambios que se están produciendo», concluye la hermana del Ángel de la Guarda.

Yihadismo, el principal problema

El padre José Morales, de los Sociedad de los Misioneros de África –más conocidos como «padres blancos»–, ha pasado cerca de 40 años en Malí, desde 1969 hasta 2011. Allí «sobre todo me he dedicado a la reconciliación, a crear comunión. Muchas familias y pueblos venían a la misión a pedirnos ayuda para lograr la paz». Pero hace algunos años, «vine a operarme de una hernia inguinal y aquí me nombraron provincial de los padres blancos en España».

Sin embargo, «todavía estoy en permanente contacto con los misioneros que están en el país. Me dicen que todos están bien y que no hay ningún problema. El tráfico es normal y la gente está acudiendo a su puesto de trabajo. La Junta Militar ha ordenado que todo el mundo continúe trabajando», asegura Morales.

El padre blanco coincide con Mercedes Cuadrado en que «ha dolido en el ámbito eclesial que el cambio de Gobierno se produzca por un golpe de Estado», pero «lo que propone la Junta Militar parece muy razonable», afirma el religioso. «Proponen un Gobierno de transición muy breve para llegar a la democracia y que se pueda elegir a un nuevo presidente del Gobierno que sea civil, no militar».

El nuevo presidente, concluye el padre José Morales, «tendrá como principal reto combatir el yihadismo, que está abocando a una pobreza total a la población». «Cuando los terroristas aparecen, la gente huye y no se pueden sembrar los campos». Antes de cortar la comunicación, el religioso pide a Alfa y Omega recordar a la hermana misionera colombiana Gloria Cecilia, «que fue secuestrada el 7 de febrero de 2017 y no se tienen noticias de su paradero. Los yihadistas la tienen como enfermera».