Los jóvenes bosnios se rebelan contra la segregación étnica - Alfa y Omega

Los jóvenes bosnios se rebelan contra la segregación étnica

Mientras el nacionalismo radical avanza en las urnas, las protestas estudiantiles en la turística localidad Jajce contra la manipulación política de la enseñanza han abierto un debate nacional en Bosnia

Ricardo Benjumea
Estudiantes de Jajce, Bosnia y Herzegovina, recibiendo el Premio Max van der Stoel, el 9 de noviembre, en La Haya. Foto: OSCE/Arnaud Roelofsz

En verano de 2016, las autoridades del cantón de Bosnia Central decretaron que los estudiantes bosniacos (musulmanes) del centro de Formación Profesional de Jajce, localidad famosa por sus cataratas, fueran apartados de sus compañeros croatas y trasladados a un nuevo centro que se abriría para ellos. Los jóvenes se plantaron e iniciaron una campaña a favor de la coexistencia en las aulas que ha comenzado a extenderse a otros lugares dentro la Federación de Bosnia y Herzegovina (una de las dos entidades, junto a la República Srpska, que conforman el Estado surgido de los Acuerdos de Dayton de 1995). Muchos profesores, al principio escépticos, se han sumado a la protesta, que tras lograr su objetivo inicial de parar la construcción de un nuevo centro de FP, ahora apunta más alto, contra el modelo «una escuela, dos sistemas», según el cual desde la escuela infantil hasta el instituto los chicos son separados étnicamente en distintas aulas del mismo centro, lo que significa que reciben una visión diferente e incluso contrapuesta de la historia, la literatura o la geografía, cada una impartida en su correspondiente dialecto. En 2014 el Tribunal Supremo bosnio consideró discriminatoria esta segregación, adoptada como solución de compromiso después de la guerra (1992-1995), pero en la práctica la sentencia es papel mojado. La revuelta de los jóvenes contrasta con el auge del nacionalismo radical, claro triunfador en las elecciones celebradas el pasado mes de octubre, cuando obtuvo dos de tres representantes en la presidencia tripartita del país (por las facciones bosniaca y serbia; no así entre los croatas, que eligieron a un candidato moderado).

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha destacado el valor de un movimiento estudiantil que –estima– va «más allá del simbolismo» y ha abierto un debate en la sociedad bosnia sobre la instrumentalización de la enseñanza para perpetuar un conflicto político. En noviembre, la OSCE entregó en La Haya al centro de FP de Jajce el premio Max van der Stoel, en un acto que sirvió para conmemorar el 25 aniversario del Alto Comisionado de la OSCE para las Minorías Nacionales.