Los hitos del pontificado de Benedicto XVI - Alfa y Omega

Los hitos del pontificado de Benedicto XVI

Repasamos los principales acontecimientos desde su elección como Papa hasta su histórica renuncia

Cristina Sánchez Aguilar
El Papa Benedicto XVI en Santiago de Compostela.

El pontificado de Benedicto XVI duró casi ocho años. El cardenal Joseph Ratzinger fue elegido Papa el 19 de abril de 2005, y se retiró el 28 de febrero de 2013. Durante este tiempo escribió tres encíclicas, firmó cuatro exhortaciones apostólicas, publicó los tres volúmenes de su obra Jesús de Nazaret y realizó 24 viajes apostólicos fuera de Italia, y otros 24 en el interior del país.

Llegó a la sede de Pedro sin el aparente carisma de su predecesor, san Juan Pablo II. El día de su elección, desde el balcón central de la basílica de San Pedro, dijo: «Después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un sencillo y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que Dios sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes».

Desde el inicio mostró que no le faltaba firmeza. De hecho, uno de los primeros pasos que dio como Pontífice fue el de obligar a Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, a retirarse. El 19 de mayo de 2006 fue apartado «de todo ministerio público» para que llevara «una vida de oración y penitencia». Fue la primera medida de Benedicto XVI para purificar la Iglesia ante los casos de abusos.

Roberto Regoli, autor de El Pontificado de Benedicto XVI, asegura que «lo que le caracteriza es su creatividad. Tenía esa libertad de pensamiento que le permitía encontrar nuevas soluciones a distintos tipos de problemas». Así lo reflejó en su constante diálogo con grupos separados de la Iglesia romana, como los lefebvrianos. De hecho, en marzo de 2009 escribió una carta al episcopado mundial sobre la remisión de la excomunión a los cuatro obispos de la Hermandad Sacerdotal San Pío X, ordenados ilegítimamente por Marcel Lefebvre. El gesto de misericordia fue enturbiado porque uno de los obispos había negado el Holocausto. Posteriormente, el Papa reiteró su solidaridad con el pueblo judío. En esta línea de acercamiento, el 4 de noviembre de 2009 se publicó la constitución apostólica Anglicanorum coetibus, que permitía la vuelta a la plena comunión con el Papa, dentro de ordinariatos personales, de comunidades anglicanas que confesaran la fe católica y quisieran mantener su tradición litúrgica y espiritual. Fue la decisión ecuménica de mayor alcance del pontificado de Benedicto XVI. Y en 2009 también propuso el Atrio de los gentiles, una iniciativa para dialogar «con aquellos para quienes la religión es algo extraño».

Con Ratzinger empezó la reforma financiera que Francisco retomó después y ya dio los primeros pasos para reformar la Curia. El 11 de marzo de 2006, sin llevar ni un año como sucesor de Pedro, trató de adelgazarla. La primera medida fue fusionar las direcciones de los Consejos Pontificios de la Cultura y para el Diálogo Interreligioso; y las de los Consejos Pontificios para la Pastoral de Emigrantes, y Justicia y Paz. Y en 2010 publicó un motu proprio sobre la prevención y la lucha contra las actividades ilegales en el campo financiero y monetario, aplicadas al Estado Vaticano.

No se olvidó de China. El 27 de mayo de 2007 escribió una carta a los católicos del país y les llamó a la «comunión concreta y visible» con el Santo Padre.

Pero la gran aportación de Benedicto XVI ha sido su magisterio. En el mismo año de su elección, en 2005, publicó el mismo día de Navidad su primera encíclica, Deus caritas est, sobre el amor de Dios, el amor humano y la labor caritativa de la Iglesia. En abril de 2007, el día que cumplió 80 años, publicó la primera parte —la tercera parte, La Infancia de Jesús, la publicaría en 2012, pocos meses antes de su renuncia— de su obra Jesús de Nazaret, que abarca la vida de Jesucristo desde su Bautismo en el río Jordán hasta su Transfiguración en el monte Tabor. En noviembre de 2007 llegó su segunda encíclica, Spe salvi, sobre la esperanza cristiana, la vida eterna y el juicio final. Y el 29 de junio de 2009 publicó la tercera, Caritas in veritate, sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad.

El primer viaje fue con jóvenes

Benedicto XVI viajó del 18 al 21 de agosto a su país natal para participar en la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia. Al millón de jóvenes presentes les habló de la importancia de la Eucaristía. Sobre ella también versó el primer Sínodo de Obispos siendo él Papa, en octubre de ese año. Polonia, en mayo del año siguiente, le llevó a dejarnos la imagen que todos tenemos en la retina: un Pontífice alemán rezando en el campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau. Dos meses después, en julio, vino por primera vez a España con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en Valencia. Fue en septiembre, en su segundo viaje a Alemania, donde pronunció un discurso en Ratisbona que amenazó con romper los lazos del Vaticano con el islam.

El primer viaje a América tuvo lugar en mayo de 2007 a Brasil, donde inauguró la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe en el santuario mariano de Aparecida. En su segunda visita al continente americano, a Estados Unidos, se reunió por primera vez con víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes. En 2010, en marzo, tras reunirse con 24 obispos irlandeses, el Papa publicó la carta pastoral a los católicos de Irlanda, en la que se lamentó de los abusos sexuales cometidos en instituciones católicas, y por la negligencia de algunos obispos irlandeses en dar solución a este grave problema.

En su primer viaje apostólico a África, a Camerún y Angola en marzo de 2009, Benedicto XVI presentó el instrumentum laboris de la II Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para África, sínodo que tuvo lugar en el Vaticano del 4 al 25 de octubre. En la homilía de apertura, Benedicto XVI señaló que «África es depositaria de un tesoro inestimable para el mundo entero: su profundo sentido de Dios». Y en mayo de ese año peregrinó a Tierra Santa donde, en su despedida, pidió «que la solución de los dos Estados [Israel y Palestina] se convierta en realidad y no se quede en un sueño». En octubre de 2010, de hecho, se celebró la I Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos sobre la situación de los cristianos en Oriente Medio.

En 2010 viajó por segunda vez a España, a Santiago de Compostela con motivo del Año Santo, y a Barcelona, donde dedicó la basílica de la Sagrada Familia. Y en 2011, en agosto, volvió a nuestro país, a presidir la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid.

Septiembre de 2012 fue la fecha de su último viaje fuera de Italia, a Líbano, donde firmó y publicó la exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in Medio Oriente. El Papa hizo un llamamiento a la convivencia pacífica y respetuosa entre cristianos y musulmanes, y a la paz en Oriente Medio.

El 11 de febrero de 2013 anunció su decisión de renunciar al pontificado: «Ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino». Fue el 28 de febrero, a las 20 horas de ese día, cuando finalizó su tiempo en la sede de Pedro. Benedicto XVI se trasladó en helicóptero a Castelgandolfo, hasta que concluyeran las obras del monasterio Mater Ecclesiae, en el Vaticano, donde ha vivido hasta su fallecimiento.

El magisterio de Benedicto XVI

El magisterio del Papa Benedicto XVI ha expresado su concepción del ministerio petrino: lo ha vivido como un siervo humilde que carga sobre sus hombros el peso del servicio a la Iglesia, y ha renunciado, con un gesto sorprendente y audaz, cuando le han faltado las fuerzas. Leer más