Los fieles de Nuestra Señora de las Fuentes se unieron más tras el derribo - Alfa y Omega

Los fieles de Nuestra Señora de las Fuentes se unieron más tras el derribo

Este templo sufrió un revés judicial hace años, pero aquello sirvió para que la gente la viera como «algo propio»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
La parroquia es un foco de vida solidaria y espiritual en la zona norte del barrio del Pilar
La parroquia es un foco de vida solidaria y espiritual en la zona norte del barrio del Pilar. Foto: Nuestra Señora de las Fuentes.

Hace ya algunos años, la parroquia Nuestra Señora de las Fuentes salió en los medios de comunicación por una controversia que acabó en los juzgados. Unos vecinos consideraban que los edificios del recinto eclesial estaban demasiado cerca de sus viviendas. Al final hubo que demoler una parte de ellos en enero de 2007 para volver a reconstruirlos adecuándose a la decisión judicial de unas semanas antes.

«Aquello marcó mucho a la gente, pero sirvió para unirla más», afirman Jesús Cotorruelo y Alberto de Mingo, párroco y vicario respectivamente. Cuentan que muchos fieles llegaron a dormir en el templo en los momentos más tensos de aquel período. «Fueron años de mucha lucha, que a la gente le sirvieron para fortalecer la conciencia de que la parroquia es algo propio», dicen. Hoy, varios años después, esa mentalidad de que los laicos son corresponsables de su iglesia se sigue notando en su día a día.

Los mayores se juntan cada 15 días
Los mayores se juntan cada 15 días. Foto: Nuestra Señora de las Fuentes.

La zona norte del barrio del Pilar tirando hacia el Hospital Universitario La Paz, donde se ubica, es un área «que se ha hecho mayor», dicen los sacerdotes. Hace décadas había muchos jóvenes y niños. Los que quedan hoy son sus padres, ya abuelos, con pocas incorporaciones de vecinos nuevos porque «los precios de los pisos están disparados».

Por este perfil de fieles «de siempre», Nuestra Señora de las Fuentes «no solo tiene vida sacramental, sino también mucha actividad pastoral». Distintos grupos van sacando la comunidad adelante, con un papel muy importante de la feligresía. «Son ellos los que van tirando de la parroquia», dicen párroco y vicario. Los hay con una labor muy visible, como los de jóvenes. Tienen la particularidad de que los chavales se confirman a los 18 años, considerablemente después que en otros lugares. «Así se hacen más conscientes de lo que están haciendo y también se evita que se vayan a una edad temprana. Es algo que funciona», confirman Cotorruelo y De Mingo.

Parte del grupo de jóvenes
Parte del grupo de jóvenes. Foto: Nuestra Señora de las Fuentes.

También hay grupos de edad más avanzada, como los de matrimonios o los de adultos. Estos últimos abordan cada año un libro sobre un tema distinto: el DOCAT, sobre doctrina social de la Iglesia; o sobre el padrenuestro o el discernimiento, por ejemplo. «En todas las etapas intentamos ofrecer un espacio de formación —señalan—, porque es algo clave para vivir la fe en nuestros días».

Un belén y un jerusalén

Cada 15 días, los mayores del barrio se reúnen en los locales para alguna charla de su interés o para, simplemente, jugar al parchís. En su vertiente solidaria, Cáritas atiende de manera habitual las necesidades de más de 20 familias. Y, como curiosidad, se dedica una colecta al mes a alguna institución caritativa de fuera, porque «la gente aquí es muy generosa». Los feligreses también son dadivosos con su tiempo. Los del grupo de misiones, además de apadrinar la educación de varios niños fuera de España, buzonean dos veces al año todas las viviendas del territorio eclesial para felicitar la Navidad y la Pascua. Se trata de dos tiempos litúrgicos, por cierto, que cuentan con una presencia especial en la parroquia gracias al belén y al jerusalén —que representa la Pasión— que  instalan al fondo del templo y «que constituyen dos catequesis continuas en esas semanas».

Detalle del jerusalén

Detalle del jerusalén. Foto: Nuestra Señora de las Fuentes.

Hay otros fieles a los que no se ve tanto, pero «cuya labor hace mucho bien y muchas veces no se reconoce; como los del grupo de limpieza o de economía», destacan los curas. Gracias a todos, 1.800 personas pueden acudir cada semana a la celebración dominical.