Lo que la Iglesia ofrece a África, según el Papa: Dignidad-justicia-paz - Alfa y Omega

Lo que la Iglesia ofrece a África, según el Papa: Dignidad-justicia-paz

El primer discurso del Papa al llegar el martes a Camerún se convirtió en una apasionada defensa de la dignidad en África. Ya en el avión, el Santo Padre había anunciado que, durante este viaje, abordará a fondo la crisis económica

Jesús Colina. Roma
Benedicto XVI, a su llegada al aeropuerto de Yaounde
Benedicto XVI, a su llegada al aeropuerto de Yaounde. Foto: AFP / Issouf Sanogo.

«En un continente que, en el pasado, ha sido testigo de cómo muchos de sus habitantes eran cruelmente llevados a ultramar para trabajar como esclavos, el tráfico de seres humanos, especialmente de mujeres y niños inermes, se ha convertido en una moderna forma de esclavitud», denunció el Papa, a su llegada al aeropuerto de Yaundé, la capital de Camerún. «En un momento de global escasez de comida, de confusión financiera, de modelos distorsionados por los cambios climáticos, África sufre de manera desproporcionada: un número creciente de sus habitantes acaba convirtiéndose en presa del hambre, de la pobreza, de la enfermedad», añadió.

Hoy los africanos «gritan reconciliación, justicia y paz, y esto es precisamente lo que la Iglesia les ofrece. No ofrece nuevas formas de opresión económica o política, sino la libertad gloriosa de los hijos de Dios. No ofrece la imposición de modelos culturales que ignoran el derecho a la vida de los que todavía no han nacido, sino el agua pura salvífica del Evangelio de la vida. No promueve las rivalidades interétnicas, sino la rectitud, la paz y la alegría del reino de Dios».

Desde que Benedicto XVI subió el martes al Boeing 777, de Alitalia, que le llevó a Camerún, dejó muy claro que, con su undécimo viaje internacional, pretende movilizar la solidaridad de la comunidad a favor del continente africano. A bordo del avión, el Papa respondió a las preguntas de los periodistas, centradas en buena medida en la crisis. Sobre su tercera encíclica, que abordará también estas cuestiones, confesó que, cuando ya casi estaba lista, el agravamiento de la crisis le impulsó a desarrollar más algunos pasajes, de manera que pudieran servir mejor para orientar la ética económica mundial y ayudar así a superar la crisis.

El mito de mi soledad me da risa

El Santo Padre Benedicto XVI habló también de los desafíos de la Iglesia en el continente africano, de su vitalidad y de sus problemas, de la capacidad de la Iglesia para responder a las expectativas más profundas de la cultura africana, y de dar a esa respuesta una dimensión comunitaria, y desde una perspectiva del largo plazo, a diferencia de las promesas de las sectas. «Amo África», dijo. «Tengo muchos amigos africanos desde los tiempos de profesor. Me gusta la alegría de esta gozosa fe que se encuentra en África».

El Papa también habló del sida, y de la perspectiva cristiana del amor y de la sexualidad, así como del compromiso de tantas instituciones católicas a favor de los enfermos. «No se puede superar el problema del sida en África sólo con dinero —advirtió—; no se puede superar con la distribución de preservativos, que por el contrario aumentan el problema. La solución pasa por una humanización de la sexualidad, una renovación espiritual y humana».

Al margen del viaje, el Santo Padre accedió a responder a una pregunta sobre su presunta soledad, de la que han hablado algunos medios de comunicación. Sonriendo, dijo: «A decir verdad, me causa algo de risa este mito de mi soledad. Todos los días recibo la visita de mis colaboradores más cercanos… Estoy realmente rodeado de amigos en una cercana colaboración con los obispos, con los colaboradores, con los laicos… Y me siento agradecido por este motivo».