Las ocho peticiones de Justicia y Paz a los ciudadanos para intentar evitar un conflicto mundial
En el 80 aniversario de la firma de la Carta de las Naciones Unidas, lamenta que «millones de seres humanos vuelven a estar flagelados» por la guerra
«El 26 de junio de 1945, se aprobaba en la ciudad estadounidense de San Francisco la Carta de las Naciones Unidas. En ella, los pueblos declaraban su compromiso de preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que había infligido a la humanidad sufrimientos indecibles. 80 años más tarde millones de seres humanos vuelven a estar flagelados». Lo lamenta la Comisión General de Justicia y Paz España en un comunicado hecho público este jueves con motivo de la efeméride.
«Palestina, Ucrania, Yemen, el Sahel o Irán son ejemplos de hasta dónde puede llegar el desprecio a la dignidad humana», lamentan los firmantes. «El escenario de una nueva conflagración mundial se hace cada vez más verosímil, mientras caen en saco roto los repetidos llamamientos a la paz», ya sean del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, o de los Papas Francisco y León.
Los responsables «tienen nombres y apellidos». También «sus cómplices: las grandes empresas de armamento, los medios de comunicación que propagan noticias falsas y discursos de odio, las plataformas y partidos políticos que apuestan por la división y el enfrentamiento, los ciudadanos y ciudadanas que no se involucran».
En efecto, denuncia la entidad, «buena parte de la ciudadanía del primer mundo» no reacciona y, paralizada entre «el miedo y la desesperanza», «asiste entre acobardada y estupefacta al desmoronamiento de las estructuras que habían proporcionado seguridad a sus sociedades durante lustros».
Por ello, desde Justicia y Paz lanzan un llamamiento generalizado —desde las instituciones hasta los ciudadanos y los católicos en particular— a «oponerse de una manera explícita a las guerras y a quienes las promueven».
Además los exhortan a «no desfallecer en la búsqueda de una paz basada en la justicia». Esta implica reparar el dolor de las víctimas, restituir los derechos humanos y que quienes los han vulnerado rindan cuentas.
En concreto, invitan a la sociedad a «responsabilizarse de la situación actual», para lo que proponen ocho acciones concretas. «Los gestos que se realizan en favor de la paz, por pequeños que sean», recuerda Justicia y Paz, tienen una gran importancia «como sacramentos de esperanza en una humanidad liberada del temor y la miseria, tal y como establece el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos».
- Manifestar su oposición a la guerra por cualquier método lícito: manifestaciones, redes sociales, cartas a los medios.
- Rebatir cualquier discurso que justifique o legitime la guerra y el belicismo defendiendo la no violencia y la resolución pacífica de conflictos.
- Exigir responsabilidades mediante el voto a los partidos políticos y a líderes que justifiquen y promuevan las guerras las guerras.
- No invertir y desinvertir en entidades bancarias que financian empresas armamentísticas.
- Formarse en derechos humanos y ejercer el papel de ciudadanos conscientes en defensa de las personas más vulnerables.
- No caer en el desánimo, la frustración y la desesperanza.
- Apoyar económicamente a las entidades y organizaciones que defienden la paz.
- Apoyar en la medida de lo posible a las personas que huyendo de los conflictos buscan acogida y refugio en España y la UE.