Las aventuras de Jaume Vives - Alfa y Omega

Aunque soy consciente de que no le gusta el piropo, Jaume Vives es nuestro Tintín hispánico. Este mote, que se lo puso muy acertadamente Enrique García-Máiquez, le va como anillo al dedo, porque comparte con el personaje de Hergé la profesión de periodista y una genial audacia, aunque con la diferencia de que Vives trabaja mucho más: estoy haciendo memoria y creo recordar que solo en Tintín en el país de los soviets, su primera aventura, a Tintín le vemos escribir un artículo. Vives lleva ya cinco ensayos publicados, dos documentales y un cómic. Esta intensa actividad la simultánea con su trabajo como creativo en campañas de comunicación. Ejemplo de ello han sido Vividores, sobre el maravilloso don de la vida y el desafío que ha supuesto la reciente legislación sobre eutanasia, y Cancelados, que tiene como tema la cultura de la cancelación que desgraciadamente está tan de moda.

Pero no contento con ello, acaba de estrenarse como novelista con Los demonios del padre Joan, en una editorial de postín como LibrosLibres, que tantos buenos títulos nos ha proporcionado desde hace años. En esta novela, que nos recuerda a las aventuras del padre Elías, un sacerdote tiene que hacer frente a una serie de crímenes que se suceden en Barcelona. Voy a fardar con ustedes de que pude leer el manuscrito antes de ser publicada, y pude disfrutar de su lectura antes que nadie y compartir con el autor algunas opiniones. Porque Jaume Vives tiene otra virtud que escasea: sabe escuchar.

Esto es fundamental para un buen periodista. Escuchar y seguir el consejo paulino de quedarse con lo bueno. Por eso su novela contiene pistas que sirven para encauzar algunos de los problemas del mundo actual: la soledad y el miedo ante lo irremediable. La soledad que pueden vivir los sacerdotes y que debemos cuidar con especial afecto. Pero también la soledad que afecta a tantas personas que anhelan los vínculos que supone la Iglesia. Y el miedo suscitado por lo aparentemente irremediable de las acciones del pasado, ante las que solo el perdón es camino para enfrentarlo. Lo hecho, hecho está, pero hay Alguien que nos ha dicho que, a pesar de todo, podemos continuar. Es la gran diferencia con la venganza. Mientras que esta es simplemente una reacción que sigue la lógica del mal recibido, el perdón es un nuevo inicio y germen de libertad.