La sinodalidad como hoja de ruta en esta nueva etapa

Misión y servicio. En estas dos palabras plagadas de responsabilidad y entrega han resumido los nuevos líderes de la Iglesia en España su hoja de ruta para los próximos cuatro años. Argüello, sabio y lúcido, viene de conocer al dedillo los intríngulis de la Casa de la Iglesia tras ser entre 2018 y 2022 secretario general y portavoz de los obispos. Y enfrentándose a no pocos retos en lo que él mismo ha denominado como «cambio de época en época de cambios». En sus primeros momentos tras su elección, en su encuentro con la prensa, mostró su carta más preciada: el desafío de este cuatrienio es «cuidar ese ejercicio de colegialidad de los obispos de España, su vinculación con el Obispo de Roma y alentar que todo el pueblo de Dios camine unido en eso que la Iglesia está llamando sinodalidad», y refiriéndose al documento que marcó su etapa en la secretaría general, El Dios fiel mantiene su alianza, un instrumento de trabajo pastoral sobre persona, familia y sociedad, advirtió que el trabajo viene marcado por «la colegialidad para impulsar la sinodalidad de la Iglesia».

Sinodalidad, otro concepto clave de la Iglesia del Papa Francisco y del siglo XXI que para el nuevo vicepresidente, el cardenal José Cobo, es faro en su pastoral. «Soy pastor», dijo en su primera entrevista a los medios, concretamente a este semanario. Su gran aportación a la Iglesia en España será el conocimiento de la labor eclesial en una gran urbe y, ya desde hace unos meses, la visión de una Iglesia universal desde su servicio al Pontífice en el cardenalato. Pide revitalizar el laicado, encontrar las luces que hay en este mundo y dar a conocer «lo mejor que tenemos, que es la misericordia de Dios». Familias, vida, avances tecnológicos, migrantes, víctimas, vulnerables… en las primeras palabras de ambos fueron los protagonistas. Y también en sus gestos. Como ocurrió en la puerta de Añastro. Pastores, os acompañamos.