José Cobo, vicepresidente de la CEE: «La Iglesia tiene la labor de tender puentes» - Alfa y Omega

José Cobo, vicepresidente de la CEE: «La Iglesia tiene la labor de tender puentes»

Un pastor «que conoce una diócesis urbana» y, ahora, con «la mirada a la Iglesia universal» desde el cardenalato: esta es la experiencia que el arzobispo de Madrid aportará a la Iglesia en España

Santiago Tedeschi
José Cobo, durante la rueda de prensa tras su elección como vicepresidente de la CEE
José Cobo, durante la rueda de prensa tras su elección como vicepresidente de la CEE. Foto: Europa Press / A. Pérez Meca.

El arzobispo de Madrid, José Cobo, ha sido elegido en la mañana del 5 de marzo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española. En entrevista con Alfa y Omega el día de su elección, analiza las debilidades y fortalezas de la Iglesia en España y qué puede aportar a su nuevo servicio.

Los obispos han expresado que no hay un programa electoral, que lo primero es la comunión. ¿Cómo podemos trasladar esa comunión a la Iglesia local y a la sociedad?
En estos tiempos de polarización y enfrentamiento, la Conferencia y el conjunto de la Iglesia tienen la labor de tender puentes y de crear comunión. Y no solo hay que hablar de dicha labor, sino vivirla y contar a nuestros vecinos que es posible ir más allá del enfrentamiento y crear espacios de encuentro. El servicio que podremos hacer es ofrecer modelos y cauces para este encuentro. Primero entre nosotros, entre las diócesis y las realidades eclesiales. Y después ofrecerlos a nuestra sociedad; el diálogo, el consenso, la amabilidad y la capacidad de encuentro. Esto lo tendremos que hacer también hacia dentro de la Iglesia y esa es una función fundamental de la Conferencia Episcopal.

¿Qué puede aportar usted a la Iglesia a nivel nacional?
Mi experiencia primero es como pastor y como aquel que conoce una diócesis urbana y ha trabajado desde dentro. Y también empieza a ser la mirada a la Iglesia universal desde el servicio al Papa a través del cardenalato. Creo que estas dos misiones imbricadas pueden ser una aportación nueva a la Conferencia Episcopal, porque cada uno viene desde su realidad. La realidad de la presidencia es la de Valladolid, una diócesis concreta, y también se aporta la visión de una gran ciudad como Madrid.

¿Cuáles cree que son las fortalezas y los aspectos para mejorar en la Iglesia en España?
La gran fortaleza de la Iglesia siempre, y en todos los tiempos, es la fe que tiene y el tesoro que esconde, que es la presencia de Jesús. Es la gran aportación que tenemos que hacer en nuestro mundo. Eso luego se condensa y se materializa en una cantidad de experiencias ricas y fraternas. Nuestros barrios y pueblos están plagados de cristianos que están entregando la vida. Esta es la gran fortaleza de la Iglesia: la presencia callada, silenciosa y rica de tantos laicos y laicas que van dejando su vida. De tantas familias que van viviendo la fe y que en silencio van anunciando que es posible vivir de otra manera.

¿Qué retos tiene la Iglesia por delante?
Revitalizar su laicado y su vocación bautismal de dialogar con nuestra sociedad y descubrir las grandes luces que hay en nuestro mundo, sin enfrentamientos y sin condenas.

Por otro lado, saber decir a nuestro mundo cuál es la luz de Jesucristo, cuál es la presencia y por dónde está presente Dios en nuestro mundo. Creo que el gran reto es aprender a desvelar la presencia de Dios entre nosotros y comunicárselo amablemente a nuestra gente.

Y, por fin, está el reto de dar a conocer lo mejor que tenemos, que es la misericordia de Dios, y estar siempre al pie de los últimos, con los que nos anuncian el Evangelio de Jesucristo, que son los más pobres. En cada lugar tienen un rostro concreto: pueden ser los inmigrantes, los desfavorecidos, los más vulnerables o las víctimas. Pero siempre los últimos, que son el rostro más vivo de Jesucristo.