La parroquia de Goya y de Lope de Vega
A comienzos del siglo XII, el primer arzobispo de Toledo, monseñor Bernardo de Cluny, consagró extramuros de la Villa de Madrid –sobre la rivera del arroyo Arenal– el primer templo en honor a san Ginés. El emplazamiento no fue casual, pues en sus proximidades se establecía un campamento integrado por huestes llegadas de Borgoña y la Provenza que implantaron el culto al santo. Un siglo más tarde, el templo ya había alcanzado notoriedad en la ciudad. Tanto es así, que para san Isidro era parada obligatoria en su piadoso recorrido por las iglesias de la Villa y sus arrabales.
Fue en la segunda mitad del siglo XVI cuando Felipe II estableció la capital del reino en Madrid. La proximidad de San Ginés al desaparecido Alcázar la consagró como lugar de referencia de personalidades notables vinculadas al nuevo ambiente cortesano. Así, el rey Felipe II bautizaría en la iglesia a su hija Catalina; Francisco de Quevedo y Villegas recibiría también allí el sacramento bautismal en 1580, y Félix Lope de Vega y Carpio, el fénix de los ingenios, contraería matrimonio con Isabel de Urbina. Ya en el XIX, Francisco Javier de Goya y Bayeu, el único hijo de Goya que llegó a la edad adulta, celebraría el sacramento matrimonial en el templo, con su genial padre como padrino.
Un gran patrimonio cultural
A lo largo de los siglos XVII y XVIII San Ginés fue recibiendo donaciones de arte que formaron un espléndido patrimonio cultural que hoy permanece. Destaca la capilla del Santísimo, primera parada de la visita guiada a este templo que ofrece el voluntariado cultural de la fundación Spiritus Artis durante este mes de julio. «No somos guías turísticos al uso, sino que pretendemos mirar el arte a través de la mirada de la fe», explica José Ramón Ortega, seminarista de Madrid que dedica este mes estival al voluntariado. «Por eso la capilla, donde nos espera el Señor, es el inicio». El Santísimo está expuesto en uno de los conjuntos arquitectónicos del Siglo de Oro que mejor se conservan en Madrid. Entre la ingente colección de lienzos que decoran la capilla destaca el Cristo de la humildad, de Alonso Cano. En la escena, Cristo espera ligeramente encorvado para ser crucificado. «El pintor dirige la mirada de Jesús hacia el espectador, invitándole a participar de su dolor», explica José Luis Montes, párroco de San Ginés.
La ruta de Spiritus Artis dura una hora y tiene como culmen la visita de una de las versiones de La purificación del templo de El Greco, que se conserva en la parroquia de la calle Arenal desde 1705. «Es uno de los mayores reclamos de la visita», afirma el seminarista. La ruta, gratuita, se repetirá el lunes 25 y el miércoles 27 de julio, de 10 a 11 horas. El lugar de encuentro es la entrada de la iglesia de San Ginés.
La ruta sacra por el Madrid antiguo
Spiritus Artis, que comenzó en 2004 a formar voluntarios culturales «desde la fe», ofrece además en julio a quienes no teman el calor una ruta sacra por el Madrid antiguo que comienza en la cuesta de la Vega, frente a la entrada a la cripta de la catedral de la Almudena. «Explicamos el Madrid medieval de extramuros y hacemos un recorrido por la calle Mayor, la plaza de la Villa, la iglesia castrense y San Nicolás, una de las iglesias más antiguas de la capital. Luego bajamos hacia la basílica de San Miguel y llegamos hasta la iglesia de Santiago y la plaza de Ramales», donde se ubicó la iglesia de San Juan Bautista hasta el siglo XIX, cuando José I Bonaparte la demolió para ampliar la plaza. Allí se enterró al pintor español Diego Velázquez en 1660, y actualmente una pequeña cruz situada en el medio de la plaza lo recuerda. Habrá hoy una ruta sacra a partir de las 10:30 horas, y otras dos el martes 26 y jueves 28 de julio. Las reservas deben hacerse con al menos un día de antelación en el teléfono 639 651 303.
Para las visitas guiadas a San Ginés y las rutas por el Madrid antiguo, Spiritus Artis necesita reclutar voluntarios. La fundación ofrece un curso de formación –gratuito– del lunes 19 al jueves 21 de julio.