Francisco: «La lucha contra el hambre exige superar la fría lógica del mercado»
El Papa Francisco ha enviado un mensaje al director general de la FAO con motivo del Día Mundial de la Alimentación. Reclama soluciones innovadoras y un cambio de estilos de vida
El Papa Francisco ha enviado un mensaje al director general de la FAO, Qu Dongyu, de cara al Día Mundial de la Alimentación que se celebra este sábado en el que afirma que «la lucha contra el hambre exige superar la fría lógica del mercado, centrada ávidamente en el mero beneficio económico y en la reducción de los alimentos a una mercancía más, y afianzar la lógica de la solidaridad».
El Pontífice apela a un cambio de rumbo y a una mayor inversión en un sistema alimentario «que pueda hacer frente con sensatez y responsabilidad a futuras crisis». También reclama la adopción de soluciones innovadoras que puedan transformar la forma en que producimos y consumimos los alimentos para el bienestar de las personas y del planeta. «Esto es impostergable para acelerar la recuperación pospandémica, combatir la inseguridad alimentaria y avanzar hacia el logro de los objetivos de la Agenda 2030», añade.
Asimismo, pone de manifiesto una paradoja en el acceso a los alimentos: la convivencia en el mundo de más de 3.000 millones de personas que no tienen acceso a una dieta nutritiva y de casi 2.000 millones que padecen sobrepeso u obesidad.
«Si no queremos poner en peligro la salud de nuestro planeta y de toda nuestra población, hemos de favorecer la participación activa en el cambio a todos los niveles y reorganizar los sistemas alimentarios en su conjunto», subraya.
Decisiones éticas y sostenibles
En este sentido, pone el foco en cuatro ámbitos sobre los que es urgente actuar: el campo, el mar, la mesa y el desperdicio de alimentos. En su opinión, los estilos de vida y prácticas de consumo actuales «influyen en la dinámica global y medioambiental» y, por tanto, «si aspiramos a un cambio real, debemos instar a productores y consumidores a tomar decisiones éticas y sostenibles y concienciar a las generaciones más jóvenes del importante papel que desempeñan para hacer realidad un mundo sin hambre».
«Cada uno de nosotros –continúa–, puede brindar su aportación a esta noble causa, empezando por nuestra vida cotidiana y los gestos más sencillos. Conocer nuestra casa común, protegerla y ser conscientes de su importancia es el primer paso para ser custodios y promotores del medio ambiente».
Con todo, traslada al director general de la FAO el compromiso de la Santa Sede y de la Iglesia católica para que «ningún ser humano vea menoscabados o preteridos sus derechos fundamentales».