La libertad religiosa retrocede en el mundo
Corren malos tiempos para vivir la fe en Cristo. Peores que en los días de Diocleciano y de Nerón, peores que con Saladino. Según un informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada, en 117 de los 196 países que hay en el mundo se vulnera de forma alarmante la libertad religiosa, y aumentan los ataques y discriminaciones contra cristianos. El Islam radical, las dictaduras y el analfabetismo religioso son los peores enemigos de los hijos de Dios
Abril de 2014: el grupo islamista Boko Haram secuestra a 276 alumnas cristianas de un colegio de Chibik, en Nigeria. Las niñas son obligadas a convertirse a la religión musulmana y, después, vendidas como esclavas o casadas a la fuerza. Algunas logran escapar y relatan palizas y violaciones en grupo. Hace una semana, el líder de Boko Haram ha afirmado que no serán liberadas porque «ya están casadas y convertidas».
Octubre de 2013: el misionero surcoreano Kim Jung-Wook es capturado en Corea del Norte mientras intenta fundar iglesias clandestinas y dar alimento a los pobres. En mayo, las autoridades comunistas lo condenan a trabajos forzados perpetuos. En Corea del Norte no hay iglesias, ni sacerdotes, y se estima que 25.000 cristianos han sido enviados a gulags por tener una Biblia o rezar, y miles han sido condenados a muerte por su fe.
Julio de 2014: las milicias del Estado Islámico entran en Mosul, al norte de Irak, asaltan las iglesias, destrozan las tumbas cristianas y fuerzan a todas las comunidades religiosas -incluidas las musulmanas no suníes- a convertirse a su interpretación del Islam, a pagar un desorbitado impuesto, o a huir. A quien no lo haga, «sólo le queda la espada». Las casas de los cristianos son marcadas y expropiadas, muchos son asesinados, y el resto, obligados a huir. Los cristianos abandonan la ciudad, en la que vivían casi 30.000, y por primera vez en 1.600 años no hay misas en Mosul.
Octubre de 2013: una bomba casera explota en la basílica del Pilar, en Zaragoza, destroza varios bancos y hiere a una mujer, a pocos metros de un grupo de escolares. Días más tarde, el grupo feminista Femen agrade al cardenal Rouco Varela, entonces arzobispo de Madrid, coreando lemas abortistas. En febrero, había sido localizado un artefacto explosivo en un confesionario de la catedral de Madrid; y en julio, una parroquia de Vinaroz había sufrido un asalto, en el que las imágenes fueron profanadas, y los bancos, libros y sillas, incendiados.
Esta breve relación de atentados contra la libertad religiosa podría continuar durante el resto de páginas de este semanario, hasta completar los 600 folios que componen el último Informe Libertad religiosa en el mundo-2014, presentado el martes por la fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, dependiente de la Santa Sede. No todos los actos arriba señalados son de la misma gravedad, pero todos forman parte de un mismo mosaico que dibuja una realidad preocupante: de octubre de 2012 a junio de 2014, «la libertad religiosa mundial ha entrado en una época de grave deterioro». De hecho, en 117 de los 196 países que hay en todo el mundo se han registrado diferentes violaciones de este derecho fundamental, recogido en el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En 20 de ellos, la virulencia de los ataques ha sido definida como Alta; en 35, como Preocupante; y en 62, como Media o Deteriorada. En rigor, de las 61 naciones en las que se han producido cambios en el respeto a la libertad religiosa, sólo en seis casos ha sido para mejor, frente a 55 en los que la libertad de los creyentes ha empeorado.
Los cristianos, objetivo principal
El Informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada explica que las minorías religiosas de diferentes credos están viendo cada vez más vulnerados sus derechos. Incluso dentro del mundo islámico, «también los musulmanes sufren un alto grado de persecución y discriminación», aunque normalmente «a manos de otros musulmanes» y de Gobiernos dictatoriales. Con todo, «los cristianos son, con diferencia, el grupo de fieles más perseguidos. Su vulnerabilidad ante la opresión está directamente relacionada con el hecho de que, por razones históricas, están enormemente dispersos, y con frecuencia conviviendo con culturas muy distintas de la propia», señala el Informe. Además, el estudio destaca que «muchos de los países en los que los cristianos llevan establecidos desde hace generaciones, e incluso desde el siglo I, han quedado ahora sometidos al extremismo», lo que lleva a que, en palabras del Papa Francisco, «hoy haya más mártires que en los primeros tiempos del cristianismo, más mártires que con Nerón», como denunció el pasado mes de junio.
Yihadistas y dictadores
Ahora bien, no todas las persecuciones tienen el mismo origen. El Informe de AIN detecta tres grandes bloques de enemigos de los hijos de Dios. El primero es el compuesto por aquellas regiones y países de mayoría musulmana. De los 20 países en los que más se viola la libertad religiosa, 14 están ligados al Islam radical, principalmente en tres grandes áreas geográficas: Oriente Medio (Irak, Siria, Afganistán, Arabia Saudí, Irán, Pakistán y Yemen), el Norte de África (Egipto y Libia), y el África negra (Somalia, Sudán, Nigeria, República Centroafricana y Maldivas).
«En lugares en los que antes los distintos grupos cristianos y musulmanes llevaban siglos conviviendo», ahora, «el grupo dominante» de cuño yihadista «se empeña, a través de la imposición de la ley islámica, sharía, o de instrumentos como las leyes de blasfemia, en imponer su práctica religiosa. La aparición del Estado Islámico es el ejemplo más claro de este hecho», denuncia el Informe. Un problema que amenaza a todo el globo, por dos vías: el hecho de que muchos combatientes islamistas son musulmanes reclutados en Occidente y pueden generar graves conflictos «cuando la generación de la yihad vuelva a casa»; y por las grandes masas de desplazados que está provocando el fanatismo musulmán. «El aumento de la persecución religiosa puede explicar las declaraciones realizadas por ACNUR, según las cuales el número de desplazados y refugiados superó los 50 millones por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial», señala el Informe.
Mas no todos los enemigos de Dios profesan la fe de Mahoma. La otra gran amenaza para los creyentes son los regímenes totalitarios de tinte comunista y desarrollo militar, que son especialmente crueles en seis países: China, Corea del Norte, Azerbaiyán, Birmania/Myanmar, Uzbekistán y Eritrea. En estos lugares, salvo los grupos pseudoreligiosos oficiales, controlados por el régimen correspondiente, todas las confesiones mayoritarias, así como las minorías religiosas, son perseguidas por lo que entrañan de libertad de conciencia y de independencia personal y moral frente a los dictados del poder político.
El analfabetismo de Occidente
El odio a la libertad religiosa no es patrimonio de quienes desconocen la democracia. El Informe de AIN señala que, en Occidente, crece la intolerancia y los ataques a los creyentes, y que «el incremento del analfabetismo religioso entre legisladores y medios de comunicación», la «fuerte imposición de posturas relativistas» y la primacía «de la ideología de género» dificultan la convivencia y crean confusión respecto al hecho religioso. La conclusión es que, para que en el mundo se aprecie más y mejor que el respeto a la libertad religiosa es un derecho fundamental que debe ser respetado, y un bien que enriquece a la sociedad, «es urgente que todos los líderes religiosos proclamen alto y claro su oposición a la violencia y reafirmen su apoyo a la tolerancia religiosa».
- 82 países vulneran mucho la libertad religiosa.
- 35, de forma preocupante.
- 56 países han visto deteriorado el respeto por los creyentes desde 2012.
- 14 de los países más violentos están controlados por extremistas islámicos.
- 6 regímenes autoritarios persiguen a los cristianos: China, Eritrea, Birmania, Azerbayán, Corea del Norte y Uzbekistán.
- Los 6 países en los que más ha empeorado la situación son Irak, Siria, Libia, Nigeria, Pakistán y Sudán.