La hora más oscura de México
México vive la hora más oscura de su historia reciente, incluido el riesgo de una intervención militar. Y aunque ello sería parcialmente resultado de los excesos de la personalidad tragicómica de Trump, no se deben soslayar los abusos y el descuido de élites depredadoras y distantes de un pueblo en el que más de la mitad son pobres
México vive hoy uno de los períodos más difíciles de su siempre compleja relación con Estados Unidos. No es que Donald J. Trump sea el primer político estadounidense que busca ganar el favor de sus ciudadanos con ataques contra México. Ya desde la guerra de 1846-1848, México ha lidiado con las bravatas de quienes en Estados Unidos ganan simpatías atacando a México.
El problema con Trump es que, además de las bravatas y las acusaciones destempladas, ha construido una coalición que espera de él soluciones mesiánicas a problemas complejos. Sobre todo, la expectativa de romper con un desempeño económico muy por debajo del promedio del siglo XX y la convicción de que ese mal desempeño es producto de vastas conspiraciones. Que esta idea haya ganado adeptos en Estados Unidos es resultado de la pereza intelectual con la que observan su entorno. Ocurre al ver el crecimiento de China; los efectos del fundamentalismo islámico; los cambios sociodemográficos que, en apariencia, descristianizan el país; al hablar de los supuestos daños por el uso de vacunas y de los tratados de libre comercio, que a pesar de haber enriquecido mayormente a este país, ofrecen el pretexto para atacar a México.
La pereza es evidente al observar que, instalados en la lógica de la pos-verdad, estos grupos desacreditan cualquier dato, sea del Gobierno, de organismos multilaterales, o de análisis de alguna universidad. La facilidad con la que el trumpismo y la Alt+Right o derecha alternativa, en oposición al Partido Republicano, se convencen de estas supuestas conspiraciones expone una profunda paradoja: que Internet ha facilitado intercambios de conocimiento e información, pero también ha creado una monumental caja de resonancia para los conspiracionistas.
Sería absurdo pensar que todos los problemas de México son culpa de Trump. El más grave mal de México es la creciente desconfianza en las élites que afecta también la confianza interpersonal y la disposición del mexicano medio a ayudar a otros, por temor a ser víctima de engaños. Esta desconfianza se agudiza por la desigualdad e impunidad galopantes, signos inequívocos de la alta prevalencia de la corrupción.
Terreno fértil para la corrupción
No en balde, cuando el Papa Francisco viajó a México hace un año, sus dos primeras intervenciones, en el palacio nacional y en la catedral primada, criticaron aspectos clave de la vida pública mexicana. En el palacio nacional dijo: «La experiencia nos demuestra que, cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo».
Unos minutos después, en la catedral primada, el Santo Padre dijo: «sean obispos de mirada limpia, de alma trasparente, de rostro luminoso. No le tengan miedo a la transparencia. La Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar. Vigilen para que sus miradas no se cubran de las penumbras de la niebla de la mundanidad; no se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa; no pongan su confianza en los carros y caballos de los faraones actuales».
Así, cuando el huracán Trump topó con México encontró un país dividido, cuyos recursos solo sirvieron para enriquecer a generaciones de políticos y empresarios que, lejos de atender problemas clave, cabalgaron la jauja del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá mientras profundizaban la dependencia del exterior, al grado que hoy casi la mitad del maíz que consume México viene de Estados Unidos.
Los abusos de las élites
México vive la hora más oscura de su historia reciente, incluido el riesgo de una nueva intervención militar que, dada la presencia de cárteles criminales, podría derivar en un conflicto militar de muy larga duración. Y aunque ello sería, parcialmente, resultado de los excesos de la personalidad tragicómica de Trump, no se deben soslayar los abusos y el descuido de élites depredadoras y distantes de un pueblo en el que –a pesar del Tratado de Libre Comercio– más de la mitad son pobres y dos de cada tres se emplean en la economía informal. Trump, arrogante y atrabiliario como es, solo hizo evidentes problemas que ya existían y que las élites decidieron no atender a pesar de los llamamientos que muchos hicieron años atrás para hacerlo.
Rodolfo Soriano Núñez
Doctor en Sociología por la universidad de Fordham de Nueva York