La familia, el mejor antídoto contra el narcisismo - Alfa y Omega

La familia, el mejor antídoto contra el narcisismo

A pesar de los muchos intentos por romper vínculos en nuestra sociedad, la gente de a pie sigue valorando la familia

Alfa y Omega

Esta semana, del 22 al 26 de junio, Roma acoge el X Encuentro Mundial de las Familias, convocado por el Papa para poner el broche de oro al Año Familia Amoris Laetitia. El encuentro cuenta con la participación de fieles de todo el mundo, tanto presencialmente como a través de conexiones con distintas diócesis, y constituye una ocasión única para recordar –como hace el lema– que el amor familiar es vocación y camino de santidad.

El propio Francisco detalla en su vídeo con las intenciones de oración de junio que la familia es «el lugar donde aprendemos a convivir» todos, niños, jóvenes y mayores, y que, aunque «no existe la familia perfecta» y siempre puedan aparecer toda clase de «peros» y problemas, «al estar unidos en las diferencias, evangelizamos con nuestro ejemplo de vida». «No hay que tenerle miedo a los errores; hay que aprender de ellos para seguir adelante», asevera el Pontífice, incidiendo en que Dios «se preocupa por nosotros, permanece con nosotros en todo momento».

A pesar de los muchos intentos por romper vínculos en nuestra sociedad, fruto del individualismo y del narcisismo imperantes, la gente de a pie sigue valorando la familia y entiende bien que es esencial en su día a día. De hecho, de acuerdo con un estudio del Pew Research Center realizado el año pasado entre 19.000 personas de 17 economías avanzadas, la familia y los hijos son el factor más citado al hablar de una vida con sentido (38 %), por encima del trabajo (25 %), el bienestar material (19 %), los amigos y la comunidad (18 %) o la salud (17 %).

En el encuentro de Roma participan estos días 30 ponentes –casi todos matrimonios y solo tres sacerdotes– como Zakia Seddiki, la viuda del embajador italiano asesinado en el Congo en 2021, a quien entrevista Alfa y Omega. Su testimonio muestra, precisamente, la fuerza de estos vínculos y los frutos de cuidarlos.

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