La CONFER pide perdón a las supervivientes del Patronato de Protección de la Mujer - Alfa y Omega

La CONFER pide perdón a las supervivientes del Patronato de Protección de la Mujer

«Queremos reconocer nuestra participación» y «pedir perdón», ha dicho el presidente de la Conferencia Española de Religiosos durante el acto, que ha sido interrumpido por los presentes al grito de «verdad, justicia y reparación»

José Calderero de Aldecoa
Tres religiosas durante la lectura del manifiesto de petición de perdón
Tres religiosas durante la lectura del manifiesto de petición de perdón. Foto: José Calderero de Aldecoa.

En un acto cargado de emoción, en el que las presentes corearon a gritos «verdad, justicia y reparación» en reiteradas ocasiones, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), que representa a más de 400 congregaciones y unos 32.000 religiosos y religiosas, ha pedido perdón este lunes 9 de junio a las mujeres que pasaron por los centros del Patronato de Protección de la Mujer, una institución activa durante la dictadura franquista y encomendada a algunas congregaciones religiosas.

«Nos encontramos aquí por lo que consideramos justo y necesario: pedir perdón». Pero este acto «no es una formalidad», sino un «ejercicio de responsabilidad histórica y moral», ha dicho Jesús Díaz Sariego, presidente de la CONFER, que ha considerado la iniciativa como «una oportunidad para reconocer aquello que en el pasado no hicimos bien».

Por ello, «expresamos nuestro empatía y profundo dolor a todas aquellas mujeres que en un tiempo de profundas restricciones educativas, sociales, políticas o religiosas, fueron sometidas a unas condiciones injustas y dolorosas». Unas prácticas, según Díaz Sariego, que «han sido silenciadas por décadas». Por ello, «con humildad y sinceridad queremos romper este silencio» y reconocer «nuestra participación en lo que han vivido». Asimismo, «les decimos que las escuchamos, las creemos en su testimonio y nos duele el sufrimiento que padecieron».

Vulneración de derechos

Durante su discurso, Díaz Sariego ha explicado que el patronato —anterior al franquismo— fue reformado durante la dictadura para servir a unos intereses particulares. «El propósito oficial era la protección y reeducación de mujeres en riesgo moral y funcionó como un mecanismo de control social y represión», ha asegurado.

En los centros del patronato, regidos en su mayoría por diversas órdenes religiosas, las mujeres «que eran vistas como una amenaza al orden establecido» eran internadas allí, «privadas de su libertad y sometidas a un estricto código de conducta basado en los principios sociales y morales del momento». Y aún más: «Fueron sometidas a la vulneración de sus derechos más básicos», ha lamentado el presidente.

Por ello, además de pedir públicamente perdón, la CONFER se ha comprometido a «colaborar en la búsqueda de la verdad» y en trabajar para que «esta historia no caiga en el olvido». Asimismo, Díaz Sariego ha reconocido que el acto «nos ofrece la oportunidad de comprometernos aun más con el cuidado, la dignidad y el respeto de todas las personas conforme a los principios evangélicos que procesamos».

Violada por su padre

Además de la Díaz Sariego, en el acto también se ha escuchado la voz grabada de algunas mujeres que han relatado prácticas escalofriantes. Muchos testimonios tenían que ver con embarazos sucedidos fuera del matrimonio.

Es el caso de Loli, que se quedó embarazada de su propio padre tras ser violada en reiteradas ocasiones. «Cuando denuncié los abusos, me llevaron un tiempo a uno de los centros de reeducación». Al volver a casa, «siguieron las violaciones y me quedé embarazada», así que al poco tiempo volvió a ser internada en el centro.

Según el testimonio, que se podía escuchar a duras penas en el auditorio de la Fundación Pablo VI al ser interrumpido constantemente por el aplauso de los presentes, «en el centro sufrí una anulación total de mi persona. Me increpaban constantemente echándome la culpa de lo sucedido». Incluso «dejaron a mi padre que viniera a visitarme» y «me sacara algunos días de viaje».

Loli lo recuerda muy bien, porque jamás la habían dejado salir para nada y porque se quedó consternada ante el hecho de que la mandaran de vuelta con su violador. «Fue un Miércoles Santo y no dejó de abusar de mí hasta el Domingo de Resurrección, cuando me devolvió al centro de nuevo embarazada».

«Ni olvido, ni perdono»

Después de los testimonios, ha intervenido la presidenta de las Desterradas Hijas de Eva, Consuelo García, que ha reconocido que «han perdido la fe» porque «en los centros Dios no estaba» y ha dejado claro que «ni la Iglesia ni CONFER nos va a sanar». De hecho, «este acto no puede ser un lavado de cara».

El discurso de la presidenta, muy jaleado por las simpatizantes de la asociación, ha concluido con la lectura de un manifiesto de petición oficial de perdón por parte de tres religiosas. Sin embargo, durante la lectura, decenas de mujeres han comenzado a gritar «verdad, justicia y reparación», y también «ni olvido, ni perdono».