Juan Vicente Boo, vaticanista: «No me preocupa si se retrasa la fumata blanca»
El colaborador de Alfa y Omega cree que el nuevo Papa podría ser elegido el segundo día de cónclave y explica qué puede significar que una minoría bloquee la elección
¿Qué ocurrirá a partir del momento en que se pronuncie el «extra omnes» y se cierren las puertas de la Capilla Sixtina? ¿Cuánto tiempo pasará hasta la fumata blanca? De producirse, como es de esperar, una votación en la tarde de este miércoles, será de tanteo, de tomar el pulso a qué perfiles para un posible Papa ve el colegio cardenalicio.
A partir de ahí, se irán reduciendo las opciones o produciendo cambios hasta que alguno alcance los 89 votos. Con Benedicto XVI y con Francisco, ocurrió un día después de su inicio. Juan Pablo II fue elegido al tercer día.
«Mi corazonada es que probablemente salga el Papa el jueves por la tarde, como en los dos cónclaves anteriores», afirma a Alfa y Omega su colaborador Juan Vicente Boo, vaticanista. «Si saliera antes sería una muy buena señal, de que ha habido un gran consenso».
Por el contrario, «si se retrasara no me preocupa demasiado, no es una tragedia», apunta. Los dos tercios de votos de participantes que se exigen, 89, «es un umbral muy alto», explica. Puede haber una «minoría de bloqueo» que impida que cualquiera de los principales candidatos en las primeras votaciones lo alcance.
Esto no implicaría necesariamente que exista un bloque homogéneo. En el seno de esta minoría «el grupo más numeroso puede ser el de los hiperconservadores». Pero también «se les pueden sumar personas distintas por motivos diferentes». En ese caso, cree que «hay que buscar un candidato de consenso, con perfiles menos marcados».
«Hay personas muy capacitadas»
En todo caso, Boo subraya que en los días previos al cónclave se ha transmitido en general «una sensación de tranquilidad. Hay personas que están muy capacitadas» para ser el nuevo Obispo de Roma. «También en segundo plano, de esas que salen poco». Una cosa sí tiene clara: el Santo Padre debe tener «experiencia de Roma», pero no hace falta que sea «un insider».
Un «cambio respecto a cónclaves anteriores», apunta, es que a buena parte de los 108 cardenales nombrados por Francisco «no les importan nada las divisiones», las «historias de curiales o las batallitas». Cuestiones así, «vistas desde Madagascar o Mongolia», carecen de importancia.
Es una impronta dejada por el Pontífice argentino, que «no se orientaba» por las formas de actuar clásicas del Vaticano, marcadas por el protocolo al estilo de Versalles y por una forma de administración interna asimilada del Imperio austro-húngaro. «Sus manuales eran el Evangelio y los Hechos de los Apóstoles. Y de los cardenales nuevos, muchos se orientan por esa lógica», con una visión «muy clara de qué es el cristianismo».