Jesús recorre las calles

Evangelio: Lucas 8, 1-3

Hermanos:

Si se anuncia que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de entre vosotros que no hay resurrección de muertos?

Pues bien: si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo ha resucitado. Pero si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación y vana también vuestra fe; más todavía: resultamos unos falsos testigos de Dios, porque hemos dado testimonio contra él, diciendo que ha resucitado a Cristo, a quien no ha resucitado… si es que que los muertos no resucitan.

Pues si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado; y, si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís estando en vuestros pecados; de modo que incluso los que murieron en Cristo han perecido.

Si hemos puesto nuestra esperanza en Cristo solo en esta vida, somos los más desgraciados. de toda la humanidad.

Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos y es primicia de los que han muerto.

Comentario

Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo. Quiere recorrerlo todo, cada milímetro de Israel. Nos hemos acostumbrado a escuchar el Evangelio; por eso, ya no nos sorprende que Dios mismo —que está en todas partes— quiera recorrer caminando nuestras ciudades. Nos hemos acostumbrado, y por eso quizá ya no lo buscamos, a que Jesús esté presente en medio de nuestras calles, anunciando la buena nueva. Por eso quizá su presencia nos parezca algo del pasado, por nuestra reducción de la presencia de Dios a un texto que de tanto en tanto escuchamos.

Dice Lucas que los apóstoles y unas mujeres lo acompañaban. Quién sabe, si le acompañamos en la predicación de la buena noticia, con nuestro tiempo, con nuestros bienes, quizá entonces volvamos a encontrarlo recorriendo cada ciudad, cada pueblo. Si salimos de lo acostumbrado, ponemos nuestros bienes a su servicio, y vamos a predicar el Evangelio a los que lo necesitan, con toda seguridad lo veremos siendo la alegría del corazón de aquellos que lo reciban, siendo la buena Noticia de nuestras gentes. Porque Cristo ha resucitado de entre los muertos.