Influencers se suman al Día de la Sagrada Familia - Alfa y Omega

Influencers se suman al Día de la Sagrada Familia

Hoy el matrimonio «apenas tiene relieve decisivo en las personas», advierten los obispos españoles, que invitan a las familias a vivir la belleza del amor y a atraer a los demás. Tres influencers recogieron el guante hace tiempo

José Calderero y Juan Luis Vázquez
La familia Nieto Castro durante sus primeras navidades. Foto cedida por Marta Castro.

En su mensaje para la Jornada de la Sagrada Familia, que se celebra este domingo con el lema Anunciar el Evangelio de la familia hoy, los obispos de la Subcomisión para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal no se andan con paños calientes. «La comprensión y el valor social e institucional del matrimonio entre hombre y mujer ha ido recibiendo golpe tras golpe hasta convertirlo en algo que apenas tiene relieve decisivo en la vida de las personas», aseguran.

Ante esta situación, y con «una cultura relativista» que hace difícil «los compromisos estables y la vivencia de la fe», el «individualismo» que «desnaturaliza los vínculos familiares», y el «emotivismo» que deja entrever «un analfabetismo afectivo que genera relaciones líquidas», muchos de los post de Marta Castro, Loreto Gordo o Irene Alonso en Instagram suponen un bálsamo para este sacramento.

Las tres influencers, que suman entre todas alrededor de 150.000 seguidores en la red social, hablan sin complejos y de forma habitual de la belleza de la familia y de la fe. «La familia es lo más bonito y lo más preciado que tiene una persona», dice Marta Castro, mujer del expiloto de motos Fonsi Nieto. «Mi familia lo es todo para mí», añade Loreto Gordo. «Dios está muy presente en nuestra familia. No se trata de hacer cosas raras, sino de la alegría de saber que hay Uno que nos cuida», subraya Irene Alonso.

Esto es justo lo que piden los obispos, que instan a los cristianos a vivir «la belleza del amor» y a atraer «a los demás». «Invitamos a que cada familia ofrezca este primer anuncio a otras familias. […], a «anunciar el kerygma», en «todos los lugares», también en Instagram.

«Hugo me ha dado el título más importante de mi vida»

La cuenta de Instagram de Marta Castro está plagada de bonitos momentos familiares. «Los diez meses más felices de mi vida», escribe junto a una foto en la que sale con su hijo Hugo en la playa. En otra se la ve en Covadonga. «Hoy hemos venido a presentar a Hugo a la Santina», cuenta con naturalidad. «Mi suerte, mi familia», reza el post en el que aparece con su marido, el expiloto de motociclismo Fonsi Nieto, y el niño.

Lejos de producir rechazo entre sus 36.000 seguidores, «las interacciones que me llegan» con estas publicaciones «siempre son muy positivas», asegura la influencer, que opina que «la familia es lo más bonito y preciado que tiene una persona» y que está convencida de que el tema de la familia «tiene sitio en las redes».

En las suyas también hay hueco para la fe, de la que habla sin tapujos: «Soy supercreyente», asegura, al mismo tiempo que subraya la religiosidad de su madre y el colegio de monjas en el que estudió. Una fe que ahora intenta transmitir a su hijo, al que «quería bautizar sí o sí. Íbamos a hacerlo nada más nacer, pero con la COVID-19 se fue retrasando». Finalmente, Hugo entró en la Iglesia en septiembre, aunque su madre ya lo había puesto a los pies de la Virgen desde el embarazo. «Todos los años subo a Covadonga. Y a partir de que me casé, cuando iba, le pedía a la Virgen quedarme embarazada, y le decía que le llevaría al niño para presentárselo. Así fue. El año pasado fui embarazada y, este año, ya con Hugo» en sus brazos.

El pequeño, por su parte, «me ha dado el título más importante de mi vida, que es el de madre», concluye Castro, que está amadrinando el libro Cómo crezco (Familiam), que permite recopilar los momentos más importantes de la vida de un hijo.

«Cuidar el matrimonio es esencial para la familia»

Cuando Loreto Gordo entró en Instagram para difundir las entradas de su blog de moda, tan solo tenía 50 seguidores –«entre familia y amigos cercanos», confiesa– y hoy ya son más de 35.000 personas las que apoyan a la influencer.

En su perfil son pocas las publicaciones en las que Gordo sale sola. Lo habitual es verla acompañada de sus hijas o de su marido. «Mi familia lo es todo para mí. Ellos son lo primero y todos los días doy gracias a Dios por el marido que tengo, Fer, y los tres regalos que nos ha hecho: Loreto, Martina y Vega», asegura.

Loreto, sin embargo, se ha puesto un límite y no muestra el rostro de sus hijas –salvo cuando son bebés– porque «los menores tienen derecho a la intimidad personal, familiar y a la imagen».

Con su marido, lógicamente, no tiene estas reservas, y en muchas publicaciones se les puede ver de escapada romántica, porque «cuidar el matrimonio es esencial para la familia», o en distintos momentos de complicidad, que acompaña con alguna reflexión sobre la importancia de la formación. Cita, por ejemplo, el Proyecto de Amor Conyugal, que «ha sido una de las mejores experiencias a nivel espiritual y conyugal», afirma. «El retiro marcó un antes y un después en nuestro matrimonio y se lo estoy recomendando a todas mis amigas casadas. Gracias a él pude descubrir y conocer mejor mi verdadera vocación, y ver el matrimonio como Dios lo pensó».

«Somos una familia normal con un poquito de fe»

«Soy cocinera, chófer, educadora, profe, psicóloga, coach, señora de la limpieza, diseñadora de interiores, economista, cuentacuentos, calmadora de llantos y asesora en asuntos infantiles, adolescentes y juveniles»: así se define Irene Alonso, la mujer detrás de la cuenta de Instagram @soyunamadrenormal.

Más de 73.000 personas siguen a diario las vicisitudes por las que pasa esta madre de diez hijos «que trata de hacerlo lo mejor que puede, porque en mi familia pasan las mismas cosas que en el resto de familias… solo que con más gente», asegura.

Para Irene, que acaba de contar sus experiencias en el libro Soy una madre normal (Ciudadela), «hay que reivindicar la figura de una familia como cualquier otra en una sociedad en la que todo el mundo se muere por destacar en algo. Yo no soy una madre maravillosa, ni tampoco una mala madre, tengo mis luces y mis sombras. Creo que lo más común es aquello en lo que cualquiera se puede sentir identificado».

Hace unos años, Irene se abrió una cuenta en Instagram «solo para poder controlar lo que hacían ahí mis hijas, sin otro objetivo», confiesa divertida, pero poco a poco empezó a compartir el día a día de su familia supernumerosa. «A la gente le llamaba la atención y me decía que nuestra vida era especial, pero yo siempre contestaba que para nada, que éramos muy normales».

Sus hijos están ya acostumbrados a tener una mamá influencer y, aunque es consciente de la notoriedad pública de su intimidad, defiende que «gracias a esto hemos creado vínculos muy fuertes con personas que me escriben para contarme sus penas y sus alegrías. Al final se ha generado un compartir maravilloso».

En este sentido, junto a su marido Israel –el hombre detrás de @soyunpadrenotannormal–, no duda en mencionar explícitamente el motor que mueve su vida: «Dios está muy presente en nuestra familia, en nuestras conversaciones y en nuestro día a día, entre nosotros y con nuestros hijos, como algo muy natural. No se trata de ser medio monje ni de hacer cosas raras, sino de la alegría de saber que hay Uno que nos cuida y que siempre está con nosotros».

En este sentido, también «hemos llegado a muchos corazones, personas que han vuelto a rezar después de ver algún comentario, conversaciones profundas… Este tema lo trato con normalidad en mi cuenta, sin necesidad de andar predicando todo el día. Quiero mostrar la vida de una familia que tiene un poquito de fe, que vive con Cristo en medio».

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