Ildebrando Mura: «En una basílica mariana lo justo es que canten mujeres» - Alfa y Omega

Ildebrando Mura: «En una basílica mariana lo justo es que canten mujeres»

Ildebrando Mura es maestro de la venerable Capilla Musical Liberiana y prefecto de música de la basílica papal Santa María la Mayor desde 2021

Rodrigo Moreno Quicios
Ildebrando Mura
Mura es el responsable de que las actuaciones musicales sean idóneas. Foto cedida por Ildebrando Mura.

Desde el nombramiento, en 2021, de este italiano como maestro de la Capilla Musical Liberiana y como prefecto de Música de la basílica papal Santa María la Mayor, la mitad del coro está formado por mujeres con la misma estabilidad que los cantantes hombres. Antes ellas solo acudían puntualmente a algunas fiestas. Sostiene que «es una nueva tradición que continuará».

¿Cuáles son las funciones de un maestro de capilla y prefecto de Música?
El maestro de capilla es el director del coro y orquesta de una iglesia, en este caso la basílica papal de Santa María la Mayor. Y el prefecto de Música tiene la responsabilidad de que todas las actuaciones de grupos externos a la basílica sean idóneas. Deben interpretar música sacra adecuada al entorno que se les confía. Vemos grabaciones de los conjuntos que nos piden tocar dentro y decidimos. Si se ajustan a los criterios no ponemos ningún problema y en dos años hemos aceptado prácticamente a todos los grupos.

¿Quiénes componen actualmente el coro de la capilla y qué se les exige?
Son 16 maestros cantores profesionales, ocho mujeres y ocho hombres. También tres organistas. Todos son profesionales, expertos en música barroca y sacra, concertistas, y durante todo el año tienen una actividad de alto nivel. Para formar parte del coro deben enviar un currículo con su historia artística, hacen una prueba de técnica vocal, otra de técnica de canto y otra de lectura de partitura a primera vista. Después el Vaticano, antes de la firma del contrato, les pregunta sobre su vida y el modo en que se comportan. Deben ser cristianos, personas que frecuenten la Iglesia y con una actitud correcta también fuera de su trabajo, porque representan a una basílica papal. Trabajan todos los domingos, en todas las Misas presididas por el Papa y en todas las fiestas donde la oficialidad recaiga en la propia basílica y no en sacerdotes externos.

¿Desde cuándo cuenta el coro con mujeres?
Cuando llegué a la dirección, en 2021, pensé que debía meter en plantilla fija a mujeres. Es la primera vez que se hace. Antes solo acudían excepcionalmente a las fiestas importantes. Tomé esa decisión porque la experiencia que tenía dirigiendo orquestas era con coros formados por hombres y mujeres. Y en una basílica mariana lo justo es que canten mujeres. Ha sido el inicio de una nueva tradición que continuará.

¿Sabe qué le pareció al Papa?
El Santo Padre se puso muy contento cuando se lo contó el comisario extraordinario de la basílica, Rolandas Makrickas. Con él ha habido también un cambio musical. Hemos incorporado una ejecución palestriniana (derivada de Giovanni Pierluigi da Palestrina, uno de los compositores italianos más importantes del Renacimiento). Hemos incluido influencias de las grandes escuelas internacionales italiana y francesa. Y Rolandas Makrickas ha dado un gran empujón porque quería hacer cambios, poner en el centro de la basílica la oración y a la Salus Populi Romani —cuenta con un icono bizantino de gran devoción para los Papas ante el que Francisco reza antes y después de sus viajes internacionales o salidas del hospital—.

¿Ha contado con más colaboradores?
Sí, el maestro de ceremonia Ivan Ricupero. Ha cuidado mucho el orden y ha dado solemnidad a la liturgia. Debo decir que marca la diferencia, porque está todo organizado en torno al sacramento y a la espiritualidad cada domingo. En cada una de las Misas (a las 7:00 horas, a las 8:00 horas, a las 9:00 horas, a las 10:00 horas en latín, a las 12:00 horas y a las 18:00 horas) pasan un mínimo de 500 personas. No he sido yo solo, sino nuestras tres fuerzas unidas las que han cambiado el rostro de la basílica.