«…Se les conoce con sorber un poco de su aire viejo y entumido, pobre y flaco, como todo lo viejo». Y aun con mascarilla, ese hedor asfixiante que rezuma la triste Comala traspasa al espectador que se acerca a las Naves del Español, en el Matadero Madrid, para ver el último montaje del premiado director Mario Gas.
Reconozco mi escepticismo previo. Una obra culmen de la literatura del siglo XX –libro que marcó mi juventud–, el Pedro Páramo de Juan Rulfo, no podía condensarse en dos horas y dos actores. Pero, ¡ay de la mujer de poca fe! Pablo Derqui y Vicky Peña, dos consagrados de la escena, logran lo imposible. Son Eduviges y Damiana. Susana San Juan y Juan Preciado. Son el padre Rentería y Abundio. Y el asesino Miguel. Y el corrupto Pedro Páramo. Son las ánimas que atormentan a Juan, el hijo melancólico que, muerta su madre, acude al pueblo natal para encontrar al padre que nunca conoció. «Este pueblo está lleno de ecos», se lamenta el pródigo.
La dramaturgia de Pau Miró, que ya había recorrido Comala en 2015 con otro montaje sobre el pueblo de los muertos, respeta con delicadeza los ejes sobre los que vertebra la obra culmen del mexicano Rulfo: el amor, más allá de límite de la tierra húmeda; la corrupción, impuesta a una población entera por un hombre sin escrúpulos, que decide el rumbo del bien y el mal a su antojo; la violencia en un país inserto en la Guerra Cristera, y la religiosidad que todo lo impregna. Pedro Páramo es una historia de almas que vagan por un purgatorio eterno, que quieren redimirse –tarde– de sus muchos pecados. Eduviges sentencia: «Solo yo entiendo lo lejos que está el cielo de nosotros». Quedarse eternamente atrapados en Comala es la consecuencia de la culpa. «¿Y qué crees que es la vida, Justina, sino un pecado?».
Merece la pena detenerse en la figura del padre Rentería, respetada en la adaptación teatral. Un hombre para quien la fe es un titubeo y, en ocasiones, un instrumento de opresión. Sublime Derqui en la piel de ese sacerdote que oficia, contra su voluntad, la Misa por el alma de Miguel Páramo, el asesino de su hermano y el violador de su sobrina.
Pedro Páramo es la primera y única novela de Juan Rulfo. Su segunda obra, El llano en llamas, es una recopilación de cuentos en la que retomó los temas de la muerte, el mundo rural y la pérdida de esperanzas tras la Revolución mexicana. Asfixiante, como Comala.
★★★★☆
Mario Gas
Paseo de la Chopera, 14
Legazpi
Hasta el 8 de noviembre